Job 17:1 Mi aliento se agota, se acortan mis días y me está preparado el sepulcro.
Job 17:2 No hay conmigo sino burladores; en su provocación se fijan mis ojos.
Job 17:3 »Sé tú, Dios, mi fiador, y sea junto a ti mi protección; porque ¿quién, si no, querría responder por mí?
Job 17:4 Pues del corazón de estos has escondido la inteligencia y, por tanto, no los exaltarás.[a]
Job 17:5 ¡Desfallecerán los ojos[b] de los hijos del que por recompensa denuncia a sus amigos!
Job 17:6 »Pero él me ha puesto por refrán de pueblos, y delante de ellos he sido como un tamboril.
Job 17:7 Mis ojos se han oscurecido de dolor y todos mis pensamientos son como sombra.
Job 17:8 Los rectos se asombrarán de esto y el inocente se levantará contra el impío.
Job 17:9 A pesar de todo, proseguirá el justo su camino y el puro de manos aumentará la fuerza.[c]
Job 17:10 ¡Volved todos vosotros! ¡Venid ahora, que no hallaré entre vosotros un solo sabio!
Los tres amigos de Job tenían la reputación de ser sabios, pero Job no pudo encontrar sabiduría en ninguno de ellos. Dios respaldó la afirmación de Job en 42.7, condenando a estos hombres por la descripción falsa que hicieron de El. Obviamente estos hombres tenían una visión defectuosa de la sabiduría. Asumían que porque eran prósperos y exitosos, Dios debía estar complacido con la forma en que vivían y pensaban. Job, sin embargo, les dijo que estaban comenzando con una idea equivocada porque los éxitos y la prosperidad terrenales no son prueba de la fe en Dios. De la misma manera que los problemas y las aflicciones no prueban la infidelidad. El hombre verdaderamente sabio sabe que la sabiduría proviene solo de Dios, no de los éxitos o fracasos humanos. El hombre verdaderamente sabio nunca abandona a Dios. La sabiduría de Dios prueba ser superior a la de Job y todos sus amigos.
Job 17:11 Han pasado mis días y han sido arrancados mis pensamientos, los anhelos de mi corazón.
Job 17:12 Ellos cambian la noche en día; dicen que la luz se acerca después de las tinieblas.
Job 17:13 Por más que yo espere, el seol es mi casa, y yo haré mi cama en las tinieblas.
Job 17:14 A la corrupción le digo: “Mi padre eres tú”, y a los gusanos: “Sois mi madre y mi hermana”.
Job 17:15 ¿Dónde, pues, estará ahora mi esperanza? Y mi esperanza, ¿quién la verá?[d]
Job renunció a la esperanza de una restauración futura de su riqueza y de su familia, y se encerró en pensamientos de muerte y en el descanso prometido de la pena y el dolor. Las recompensas de las que hablaban los amigos de Job estaban todas relacionadas con la vida presente. Guardaron silencio acerca de la posibilidad de la vida después de la muerte. No debemos evaluar la vida solo en términos del mundo presente, ya que Dios promete un futuro maravilloso y eterno para aquellos que son fieles a El.
Job 17:16 A la profundidad del seol descenderán, y descansaremos juntos en el polvo».