Núm 25:1 Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab,
Los moabitas y los madianitas sedujeron a los israelitas para que cometieran apostasía. La inclusión de este relato inmediatamente después de la bendición de Balaam es sorprendente; pone a prueba la decisión del Señor de bendecir a Israel. La historia consta de tres episodios: la apostasía; el arrepentimiento de la mayoría y el desafío de algunos.
Este versículo muestra el gran reto al que Israel se tenía que enfrentar. El problema más peligroso para Moisés y Josué no era el ejército armado de Jericó, sino la tentación sutil de formar alianzas con las religiones y culturas paganas de los cananeos.
Núm 25:2 las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses.
La Biblia no menciona cómo los hombres israelitas se involucraron con la inmoralidad sexual. Sabemos que la prostitución sagrada era una práctica común entre las religiones cananeas. Quizás al principio no pensaron en adorar a los ídolos, sino en tener relaciones sexuales. No pasó mucho tiempo sin que comenzaran a asistir a las fiestas locales y a las celebraciones familiares que incluían la adoración de ídolos. Pronto estuvieron metidos de pies y cabeza en las prácticas de la cultura pagana. Su deseo de diversión y placer los llevó a faltar a su compromiso espiritual. ¿Ha aflojado usted las normas para justificar sus deseos?
Núm 25:3 Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel.
Esta combinación de pecado sexual e idolatría, como después se supo, fue idea de Balaam, el mismo Balaam que acababa de bendecir a Israel y que parecía estar de su lado. Es muy fácil entender por qué los israelitas se desviaron: Balaam parecía decir y hacer lo correcto, al menos lo pareció por un tiempo. No fue sino hasta que Balaam ocasionó un gran daño en sus vidas personales y en su nación que los israelitas se percataron de que era un hombre lleno de avaricia que utilizaba la hechicería y que estaba profundamente metido en las prácticas de religiones paganas. Debemos tomarnos el cuidado de evaluar tanto las palabras como los hechos de los que dicen ofrecer ayuda espiritual.
Baal era el dios más popular en Canaán, la tierra a la que Israel estaba a punto de entrar. Representado por un toro, símbolo de fuerza y fertilidad, era el dios de las lluvias y de las cosechas. Los israelitas continuamente se sintieron atraídos a la adoración de Baal, en la que la prostitución jugaba un papel importante, durante los años que estuvieron en Canaán. Ya que Baal era tan popular, su nombre era utilizado comúnmente como nombre genérico de todos los dioses locales.
Núm 25:4 Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel.
Los príncipes del pueblo eran aquellos que debían ser ahorcados a la luz del sol. Esta era la primera parte del castigo, aparentemente dirigido a los máximos responsables de la apostasía.
Núm 25:5 Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor.
Los jueces eran los encargados de ejecutar a los apóstatas, la gente que siguió a los líderes que fueron castigados