Un ciego caminaba lentamente por un camino. Al serle desconocido , cada paso que daba lo tanteaba bien con su viejo bastón.
De pronto sintió un agradable olor a rosas . Siguió adelante , con cuidado hasta tocar con el bastón el rosal. Con cuidado para no pincharse cortó una ramita del rosal, la acercó a su rostro y , olfateándola , se recreo con su perfume.
El ciego preguntó a la ramita: ¿eres tú la Rosa? La ramita le contestó complacida y sincera : «no soy la rosa, pero estaba junto a la rosa y por eso huelo.»
Moraleja:
_ Quien está junto a la rosa, huele a rosa
_Quien esta junto a la basura, huele a basura.
_Quien tiene malos amigos, termina siendo malo.
_Quien tiene buenos amigos, cada día es mejor.
«Jesús oye nuestro corazón, aunque no pronunciemos palabras»