Jeremías 3:1 Dicen: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose ésta de él se juntare a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos amigos; mas ¡vuélvete a mí! dice Jehová.
Deuteronomios 24:1-4 le prohíbe a un hombre hacer regresar a su esposa divorciada si ésta se ha vuelto a casar. Judá ha fornicado con muchos hasta el punto que la tierra ha quedado del todo amancillada, donde la tierra se ha contaminado por la conducta del pueblo).
Mas ¡ vuélvete a mí ! : Formulada en términos de una interrogación diría: «¿Retornarás a mí?»
Esta ley, dice que una mujer a la que su primer marido le dio carta de divorcio por haber encontrado algo indigno en ella, nunca se podrá unir de nuevo a su primer esposo. Judá «se divorció» de Dios y «se casó» con otros dioses. Dios tenía todo el derecho de repudiar a su pueblo desobediente, pero en su misericordia estaba dispuesto a volverlos a recibir.
Jeremías 3:2 Alza tus ojos a las alturas, y ve en qué lugar no te hayas prostituido. Junto a los caminos te sentabas para ellos como árabe en el desierto, y con tus fornicaciones y con tu maldad has contaminado la tierra.
A las alturas : Sitios del culto pagano. Junto a los caminos te sentabas : Recuerda la acción de Tamar; su relación con la prostitución la esclarece Ezequiel.
«Como árabe en el desierto» significa que así como un ladrón árabe se escondería y esperaría para saquear una caravana en viaje, Judá corría hacia la idolatría.
Jeremías 3:3 Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia tardía; y has tenido frente de ramera, y no quisiste tener vergüenza.
Como parte del castigo ejemplarizante de Dios, las aguas han sido detenidas. La lluvia tardía es la lluvia de primavera.
Jeremías 3:4 A lo menos desde ahora, ¿no me llamarás a mí, Padre mío, guiador de mi juventud?
Padre mío : El título de Padre adjudicado a Dios es mucho más raro en el AT que en el NT.
Jeremías 3:5 ¿Guardará su enojo para siempre? ¿Eternamente lo guardará? He aquí que has hablado y hecho cuantas maldades pudiste.
A pesar de su gran pecado, Israel seguía hablando como si fuera hijo de Dios. De la única manera que podían hacerlo era restando importancia a su pecado. Cuando sabemos que hemos hecho algo malo, queremos pasar por alto el error liberando así algo de la culpa que sentimos. Cuando le restamos importancia a nuestra maldad, por naturaleza nos asustamos ante los cambios que debemos hacer y, por lo tanto, continuamos pecando. Sin embargo, si viéramos cada actitud o acción errónea como una ofensa seria a Dios, comenzaríamos a entender lo que significa vivir para El. ¿Hay algún pecado en su vida que considera demasiado pequeño como para preocuparse? Dios dice que debemos confesar y apartarnos de todo pecado.
2 comentarios
elena1960
El versículo de Jeremías 3:25 está incompleto debe terminar diciendo:
la voz de Jehová nuestro Dios. Gracias por la aportación biblica es muy buena.
Lionel
Perdona la tardanza en contestar. Es que no hemos intentado omitir parte de La Palabra. Sencillamente, aunque la versión de la Reina Valera 1960 termina el versículo de la manera que indicas, la versión de Dios Habla hoy no lo hace. No obstante entendemos que para nada se altera el significado de lo expresado. Gracias por tu comentario.