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2 de Samuel 1: David reina sobre Judá

2 de Samuel 1:10 Yo entonces púseme sobre él, y matélo, porque sabía que no podía vivir después de su caída: y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la ajorca que traía en su brazo, y helas traído acá á mi señor.

2 de Samuel 1:11 Entonces David trabando de sus vestidos, rompiólos; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él.

David y sus hombres estaban visiblemente conmocionados por la muerte de Saúl, «Y lloraron y lamentaron y ayunaron hasta la noche». David y sus hombres estaban visiblemente conmocionados por la muerte de Saúl. Esto muestra su genuino dolor por la pérdida de su rey, de su amigo Jonatán y de los otros soldados de Israel que murieron ese día. No estaban avergonzados por sentir dolor. En la actualidad, algunos consideran que el expresar nuestras emociones es signo de debilidad. Aquellos que desean parecer fuertes tratan de ocultar su dolor. Pero el duelo nos puede ayudar a manejar la gran pena cuando un ser querido muere.

2 de Samuel 1:12 Y lloraron y lamentaron, y ayunaron hasta la tarde, por Saúl y por Jonathán su hijo, y por el pueblo de Jehová, y por la casa de Israel: porque habían caído á cuchillo.

2 de Samuel 1:13 Y David dijo á aquel mancebo que le había traído las nuevas: ¿De dónde eres tú? Y él respondió: Yo soy hijo de un extranjero, Amalecita.

El hombre se identificó a sí mismo como amalecita del ejército de Saúl. El bien pudo haber sido un amalecita bajo jurisdicción israelita, pero lo más probable era que se tratara de un recogedor que se alimentaba de la carroña del campo de batalla.

Es obvio que estaba mintiendo tanto acerca de su identidad como de lo que había ocurrido en el campo de batalla. Debido a que traía consigo la corona de Saúl, algo que los filisteos no hubieran olvidado, podemos inferir que encontró muerto a Saúl en el campo de batalla antes de que llegaran los filisteos.

Una vida de engaños lleva al desastre. El hombre mintió para obtener alguna recompensa personal por haber matado al rival de David, pero interpretó mal el carácter de David. Si este lo hubiera recompensado por matar al rey, hubiera sido también culpable. En lugar de recompensarlo, David mandó ejecutar al mensajero. Mentir puede traer desastre sobre el mentiroso, aun por algo que no haya cometido.

Los amalecitas eran una tribu nómada cruel que frecuentemente llevaban a cabo incursiones sorpresivas en los pueblos de Canaán. Habían sido enemigos de Israel desde los tiempos de Moisés. David acababa de destruir un grupo de soldados amalecitas que habían quemado la ciudad y secuestrado a sus mujeres y niños. Probablemente este hombre no estaba consciente de las confrontaciones recientes que había tenido David con los amalecitas. Así provocó la ira de David al hacerse pasar por enemigo de Israel y al haber declarado que mató al rey elegido por Dios.

2 de Samuel 1:14 Y díjole David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová?

David siempre consideró a Saúl como ungido de Jehová , aun cuando Saúl había sido rechazado por Dios, odiaba a David e intentaba matarle. Pero David reverenciaba al Señor, quien lo había ungido.

2 de Samuel 1:15 Entonces llamó David uno de los mancebos, y díjole: Llega, y mátalo. Y él lo hirió, y murió.

¿Por qué consideró David que había sido un crimen matar al rey, aun cuando Saúl era su enemigo? David creía que sólo Dios podría quitar de su puesto al que El había ungido. Si asesinar al rey se convertía en algo común o usual, entonces toda la sociedad sería un caos. De esta manera, era cuestión de Dios, no suya, juzgar los pecados de Saúl. Debemos darnos cuenta que Dios ha colocado a los gobernantes como autoridades sobre nosotros. Debemos respetar sus funciones.

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