Salmo 79:1 Salmo de Asaf. Oh Dios, las naciones han invadido tu heredad; han profanado tu santo templo; han dejado a Jerusalén en ruinas.
Vinieron las naciones : Este salmo pertenece a la escuela de compositores de salmos de Asaf y fue escrito después de la destrucción de Jerusalén por los babilonios en los años 597-587 a.C.
Salmo 79:2 Han dado los cadáveres de tus siervos por comida a las aves del cielo, la carne de tus santos a las fieras de la tierra.
Aves : Este versículo trae a la memoria la profecía de Jeremías
Salmo 79:3 Como agua han derramado su sangre alrededor de Jerusalén; y no hubo quien les diera sepultura.
Salmo 79:4 Hemos sido el oprobio de nuestros vecinos, escarnio y burla de los que nos rodean.
Salmo 79:5 ¿Hasta cuándo, SEÑOR? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderán como fuego tus celos?
Salmo 79:6 Derrama tu furor sobre las naciones que no te conocen, y sobre los reinos que no invocan tu nombre.
Tu ira : Jeremías pronunció la misma maldición en 10:25. Muchos versículos de este salmo son citas de otros. De acuerdo con el Antiguo Testamento, a menudo la ira y el juicio de Dios se desencadenaban en naciones enteras debido a que los pecados de la gente estaban en esa nación. Aquí, Asaf imploró para que llegara el juicio sobre los reinos que se negaban a reconocer la autoridad de Dios. Es irónico, pero la propia nación de Asaf, Judá, Dios la juzgaba precisamente por haberse negado a hacer esto. La gente esta fue la que hizo votos de lealtad a Dios, sin embargo ahora lo rechazaban. De ahí que su juicio fuera aun peor.
Salmo 79:7 Pues han devorado a Jacob, y han asolado su morada.
Salmo 79:8 No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados; venga pronto a nuestro encuentro tu compasión, porque estamos muy abatidos.
Salmo 79:9 Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.
Salmo 79:10 ¿Por qué han de decir las naciones: Dónde está su Dios? Sea notoria entre las naciones, a nuestra vista, la venganza por la sangre derramada de tus siervos.
Al final, la gloria de Dios será evidente a todas las naciones, pero mientras tanto, debemos soportar el sufrimiento con paciencia y permitir que Dios nos purifique a través de él. Por razones que desconocemos, se les permite a los paganos burlarse de los creyentes. Debemos estar preparados para la crítica, las burlas y las declaraciones agresivas debido a que Dios no nos coloca fuera de los ataques de los que se burlan de nosotros.