Una mujer le preguntó a su marido:
— ¿Crees que soy bonita?
El dijo que:
— No… Entonces la esposa sonrió pensando que sólo se burlaba de ella…
Luego le volvió a preguntar:
— ¿Quieres estar conmigo siempre?
El marido volvió a decir que no… Pero esta vez con voz seria y la vista fija hacia ella. La mujer dio un pequeño suspiro tratando de pensar que todo era una broma cruel.
Así que finalmente le preguntó:.
— ¿Y si yo me marcharía lejos de ti, llorarías por mí?
El dijo: No.
Ella había escuchado suficiente. No quería escuchar esas cosas aunque sólo sean de broma. Dio media vuelta y comenzó a caminar mientras las lágrimas comenzaron a caer. El marido entonces corrió tras ella, la jaló de un brazo y le contestó:
— ¡Tú no eres linda, eres hermosa! No quiero estar contigo por siempre. Yo necesito estar contigo por siempre! Y si te vas no lloraría, simplemente, moriría.
El amor verdadero va mucho más allá de la visión humana y de los sentimientos cambiables. El Amor verdadero está fundamentado en Dios quien nunca cambia y en quien no hay sombra de variación.
Yo seré su padre, y él será mi hijo. Jamás le negaré mi amor, como se lo negué a quien reinó antes que tú. 1 Crónicas 17:13.
Tu gran amor lo tengo presente, y siempre ando en tu verdad. Salmo 26:3