En una mina al norte de Perú un grupo de personas trabajaban arduamente para cubrir las necesidades de su familia, entre el grupo había un «cristiano» que siempre daba gracias a Dios antes de participar de su comida y era el objeto de burla de sus compañeros de trabajo.
Cierto día llegó la hora del almuerzo y este buen cristiano saca de su bolsa un pan con jamonada y queso, era lo único que trajo para su comida, lo sostiene en sus manos, cierra los ojos y da gracias a Dios, mientras oraba un perro logra arrebatar su comida y corre a la salida, sus compañeros se comenzaron a reír a todo pulmón y decían:
– Dale gracias por el perro, dale gracias por el perro.
El buen cristiano no lo pensó dos veces y corrió tras el perro, la salida estaba a unos 100mts pero ni bien logra atravesar la salida, la mina se derrumba y el hombre entre extenuado y parapléjico logra decir:
– Gracias señor por el perro.