Este decálogo fue redactado por la policía de Washington tras realizar estudios basados en su abundante experiencia sobre la delincuencia juvenil. Pensamos que no necesita comentarios.
- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que el pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
- No le dé ninguna Educación Espiritual; espere a que alcance la mayoría de edad para que puede decidir libremente.
- Cuando diga «palabrotas» ríaselas, esto le animará a hacer más cosas «graciosas».
- No le reprenda nunca, ni le diga está mal algo de lo que hace, podría crearle complejo de culpabilidad.
- Recoja todo lo que él deje tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes… Hágaselo todo, así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
- Déjele ver o leer todo cuanto caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero deje que su mente se llene de Basura.
- Dispute y riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño. Así no se sorprenderá no le dolerá demasiado el día que la familia quede destrozada para siempre.
- Dele todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de dinero es necesario trabajar.
- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podría producirle frustraciones.
- Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores, vecinos, etc… Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarle.