Hace unos años, en la época en que los grandes almacenes hacen grandes rebajas, a una amiga, Paula, le pasaron unas cuantas cosas divertidas. Mirando trajes de baño en un enorme mostrador, se abrió camino, entre empujones y apretones, hasta llegar a la empleada encargada de la sección.
— Por favor, ¿me podría decir si tiene el mismo modelo en rojo?
La empleada malhumorada le contestó:
— Lo que hay aquí es todo lo que hay.
Ante tal respuesta, mi amiga, impulsiva e impaciente, tiró el vestido de baño al suelo, protestó airadamente por el mal trato recibido y se prometió a si misma ¡no volver a comprar en esos grandes almacenes en la vida!
Más calmada, unos días después, pasó por casa y conversamos sobre el asunto. Intenté indagar cómo le ha ido con sus compras luego de haber recibido un trato deplorable en una cadena de almacenes de ropa.
— Mira Pili, estoy encantada. Entré al departamento de verano en otra cadena de almacenes y le expliqué a una de las señoritas el tipo de modelo y el color que deseaba.
— ¿Y enseguida te enseñó todo el muestrario de vestidos de baño color rojo?
— Pues no. Simplemente me miró a los ojos y ¡me sonrió!
— ¿Te sonrió?
— Me sonrió y me trató con tanta dulzura que, a pesar de que no tenía nada en rojo, compré tres trajes de baño, en azul, violeta y amarillo.
¡Estos son los milagros que provocan una simple y dulce sonrisa! Una sonrisa es la diferencia entre una venta exitosa y un inventario de artículos que no se venden; es la frontera entre la amistad o el rechazo; y, a veces, en un nivel político puede llegar a significar la guerra o la paz.
Que tus palabras sean una bendición
Habla de tal modo que cuando hables, tus palabras sean una bendición. Si algún día entendiéramos la importancia y el alcance que tienen las palabras que salen de nuestra boca; el mundo sería distinto.
Con la boca podemos derrotar al más cruel enemigo o levantar a nuestro mejor amigo. Podemos ser medicina o veneno mortífero. Podemos curar o sangrar una herida. Podemos dar alivio o causar dolor permanente. Podemos vivir o morir eternamente.
Si pudiéramos elevar nuestra voz con proclamaciones sinceras de nuestro corazón, si pudiéramos sonreír luego de elevar nuestra voz después de haberle dicho algo a alguien, entonces seríamos felices.
¿Cuál es el sabor del dolor ajeno? ¿Cuál es la razón de ser veneno? ¿Por qué atacamos al que está a nuestro lado, cuando sabemos que mañana podremos necesitarlo?
Porqué nos creemos suficientes, menospreciamos al otro, y por si esto fuera poco, tratamos de hundirlo para poder subir nosotros.
¿Estamos subiendo peldaños con dolor y egoísmo? ¿Estamos tan ciegos que no podemos ver nuestro egoísmo?
A tu lado tienes personas que Dios ha puesto en tu camino para que no te sientas solo, para que tengas con quien construir un futuro, formar relaciones, ya sean pasajeras o de por vida y para que intercambies tus pensamientos, obras y sentimientos.
¿Cuál es tu actitud con los que te rodean? ¿Te atreverás a ser diferente y a brindar amor?
Recuerda que no estás solo y tampoco querrás estarlo. Cómo vivirás y cómo te sentirás mañana, depende de lo que hagas hoy.