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2 de Crónicas 13: Reinado de Abías

2 de Crónicas 13:1 Reinado de Abías: A los dieciocho años del rey Jeroboam comenzó a reinar Abías sobre Judá.

En 1 Reyes sólo 8 versículos están dedicados a relatar el reinado de Abías (véanse el texto y las notas a 1Ki_15:1-8). El segundo libro de Crónicas ofrece un recuento más detallado, donde se describe el culto y se explican las razones de la victoria de Judá sobre Jeroboam. Pacto de sal se refiere a una ceremonia o ritual en el que se ratificaba un tratado. Como sustancia que preserva los alimentos, la sal simboliza la fe y la lealtad.

En 1 de Reyes 15:3, se menciona que Abiam era un gran pecador, pero en Crónicas sólo se registran comentarios positivos acerca de él. Durante la mayor parte del tiempo, Abías fue sin duda un rey malvado. El escritor de Crónicas decidió subrayar las pocas cosas buenas que hizo para poder mostrar que todavía seguía bajo la promesa del pacto que Dios hizo con David. Debido al violento discurso que Abías dijo a Jeroboam le fueron perdonadas las consecuencias inmediatas de su pecado.

2 de Crónicas 13:2 Reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Micaías, hija de Uriel, el de Gabaa. Hubo guerra entre Abías y Jeroboam.

2 de Crónicas 13:3 Entonces Abías empezó la batalla con un ejército de cuatrocientos mil hombres de guerra, valerosos y escogidos; y Jeroboam tomó posiciones de batalla contra él con ochocientos mil hombres escogidos, fuertes y valerosos.

2 de Crónicas 13:4 Se levantó Abías sobre el monte Zemaraim, que está en los montes de Efraín, y dijo: «Oídme,[a] Jeroboam y todo Israel.

2 de Crónicas 13:5 ¿No sabéis vosotros que Jehová, Dios de Israel, dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, bajo pacto de sal?

2 de Crónicas 13:6 Pero Jeroboam hijo de Nabat, siervo de Salomón hijo de David, se levantó y se rebeló contra su señor.[b]

2 de Crónicas 13:7 Se juntaron con él hombres ociosos y perversos y pudieron más que Roboam hijo de Salomón, porque Roboam era joven y pusilánime, y no se defendió de ellos.

2 de Crónicas 13:8 Y ahora vosotros tratáis de resistir al reino de Jehová, que está en manos de los hijos de David, porque sois muchos, y tenéis con vosotros los becerros de oro que Jeroboam os puso por dioses.

El ejército de Jeroboam fue maldecido por los becerros de oro que llevaba consigo. Era como si hubiera colocado el pecado en una forma física para así poder acarrearlo por todas partes. Considere con cuidado las cosas que aprecia. Si valora algo más que a Dios, se convierte en su becerro de oro y algún día lo hundirá. Deshágase de cualquier cosa que interfiera en su relación con Dios.

2 de Crónicas 13:9 ¿No habéis arrojado vosotros a los sacerdotes de Jehová, a los hijos de Aarón y a los levitas, y os habéis designado sacerdotes a la manera de los pueblos de otras tierras, para que cualquiera venga a consagrarse con un becerro y siete carneros, y así sea sacerdote de los que no son dioses?

Abías criticó los bajos estándares de Jeroboam al designar a los sacerdotes. Cualquier persona se encuentra calificada para representar un dios que no vale nada. Sin embargo, para poder representar al Dios todopoderoso, una persona debe vivir bajo sus estándares, y no bajo los del hombre. Aquellos designados en puestos de responsabilidad en su iglesia no deben ser seleccionados por el hecho de que se ofrecieron como voluntarios, tienen influencia o tienen un nivel alto de educación. Sino que deben demostrar una doctrina sana, dedicación a Dios y madurez espiritual.

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