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Nehemías 3: Reparto del trabajo de reedificación

Nehemías 3:1 Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea, y edificaron hasta la torre de Hananeel.

Este capítulo revela una gran unidad entre el pueblo. La reconstrucción de las murallas constituía un tremendo reto. Unos 40 grupos trabajaban simultáneamente. En las partes este y sudeste se construyó una muralla completamente nueva, y hacia el noroeste y el sudoeste se reparó la vieja. Los arqueólogos han encontrado restos de la nueva muralla, que tenía casi tres metros de ancho. La exitosa reconstrucción de los muros de Jerusalén demuestra las grandes dotes de Nehemías como líder y organizador. También anticipa la unidad de propósito y metas que habría de caracterizar a la iglesia cristiana.

El sumo sacerdote es la primera persona mencionada que se puso a trabajar vigorosamente y ayudó en la obra. Los líderes espirituales no solo deben guiar de palabra, sino por medio de la acción. La puerta de las Ovejas era la puerta que se usaba para meter las ovejas a la ciudad y llevarlas al templo para los sacrificios. Nehemías hizo que los sacerdotes repararan esta puerta y la correspondiente sección del muro, respetando el área de interés de los sacerdotes a la vez que enfatizaba la importancia de la adoración.

Todos los ciudadanos de Jerusalén hicieron su parte en la enorme obra de reconstrucción del muro de la ciudad. De manera similar, el trabajo de la iglesia requiere del esfuerzo de cada miembro para que el cuerpo de Cristo funcione con eficacia. ¡El cuerpo lo necesita! ¿Está usted haciendo su parte? Busque un lugar para servir a Dios y comience a contribuir con cualquier cosa que se requiera (tiempo, talento, dinero, etc.).

Jerusalén era una ciudad grande, y debido a que muchos caminos convergían allí, se requerían muchas puertas. Los muros que estaban a cada lado de estas pesadas puertas de madera eran más altos y más gruesos para que los soldados pudieran hacer guardia y defenderlas en contra de cualquier ataque. Algunas veces, había dos torres de piedra para vigilar una puerta. En tiempos de paz, las puertas de la ciudad eran centro de actividad: el consejo de la ciudad se llevaba a cabo ahí, y los vendedores colocaban sus mercancías a lo largo de la entrada. Construir los muros de la ciudad y sus puertas no solo era una prioridad militar, sino además un refuerzo para el comercio.

Nehemías 3:2 Junto a ella edificaron los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri.

Nehemías 3:3 Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos.

Nehemías 3:4 Junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías, hijo de Cos, y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de Baana.

Nehemías 3:5 E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor.

No se da razón alguna que explique la actitud de los nobles tecoítas . No se prestaron para ayudar indica algún tipo de resentimiento contra el liderazgo de Nehemías.

Los nobles de Tecoa eran haraganes y no querían ayudar. Estos hombres eran los únicos que no apoyaron el proyecto de construcción en Jerusalén. Todo grupo, incluso las iglesias, tienen personas que piensan que son demasiado sabias o importantes para trabajar arduamente. El aliento sutil parece no ayudarlos. Algunas veces, la mejor política es ignorarlos. Quizá piensen que se están saliendo con la suya, pero su inactividad la recordarán todos los que sí trabajaron duro.

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