Jeremías 19:1 La señal de la vasija rota. Así dijo Jehová: «Ve a comprar al alfarero una vasija de barro, y lleva contigo a algunos de los ancianos del pueblo y de los ancianos de entre los sacerdotes.
Se pide a Jeremías que tome una vasija de barro , vaya con testigos al valle cercano a la entrada de la puerta oriental (llamada más tarde la «puerta del Muladar») y ofrezca allí un mensaje simbólico al pueblo. A diferencia de la vasija de barro del capítulo 18, ésta no puede ser reelaborada. Sólo puede ser destruida.
Ancianos : Incluye a los líderes laicos y religiosos.
Jeremías 19:2 Sal luego al valle del hijo de Hinom,[b] que está a la entrada de la puerta oriental,[c] y proclama allí las palabras que yo te diré.
Jeremías 19:3 Dirás: “Oíd palabra de Jehová, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. Esto dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo traigo sobre este lugar un mal tan grande que a todo el que lo oiga le zumbarán los oídos,[d]
Jeremías 19:4 porque me abandonaron y enajenaron este lugar ofreciendo en él incienso a dioses extraños, que ni ellos habían conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes.
Jeremías 19:5 Edificaron lugares altos a Baal,[e] para quemar en el fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé ni dije ni me vino al pensamiento.[f]
Jeremías 19:6 Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar no se llamará más Tofet[g] ni valle del hijo de Hinom, sino valle de la Matanza.[h]
El valle del hijo de Hinom era el basurero de Jerusalén y donde se sacrificaban los niños al dios Moloc. También se menciona en 7.31, 32. Tofet estaba localizado en el valle que significa «ardiendo» y tal vez era el lugar donde se quemaban a los niños sacrificados.
Jeremías 19:7 Y desvaneceré[i] el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar. Los haré caer a espada delante de sus enemigos y en las manos de los que buscan sus vidas. Daré sus cuerpos para comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.
La horrible carnicería que predijo Jeremías sucedió en dos ocasiones, durante la invasión babilónica bajo el gobierno de Nabucodonosor en el año 586 a.C. y en el 70 d.C., cuando Tito destruyó Jerusalén. Durante el sitio babilónico, la comida escaseó tanto que la gente se volvió caníbal, incluso se comían a sus hijos.
Jeremías 19:8 Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pase por ella se asombrará y se burlará de su destrucción.
Jeremías 19:9 Les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas. Cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y el apuro con que los angustiarán sus enemigos y los que buscan sus vidas”.[j]
Comer la carne : Parte de la maldición por desobediencia, según la Ley. Esta maldición se cumplió durante el sitio tendido por los babilonios en el 586 a.C.. El sitio de Samaria por Siria dio lugar a comportamientos similares, así como el de Jerusalén por los romanos en el 70 a.C.
Jeremías 19:10 »Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los hombres que van contigo,
El acto de quebrar la vasija simboliza el quebrantamiento que sufrirá el pueblo. Egipcios e hititas dejaron evidencias de este procedimiento. Para Jeremías representaba el cumplimiento de la promesa de Dios.
Jeremías 19:11 y les dirás: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: De esta forma quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que no se puede restaurar más; y en Tofet serán enterrados, porque no habrá otro lugar para enterrar.
Jeremías 19:12 Así haré a este lugar, dice Jehová, y a sus habitantes; dejaré esta ciudad como a Tofet.
Jeremías 19:13 Las casas de Jerusalén y las casas de los reyes de Judá serán como el lugar de Tofet, inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados ofrecieron incienso a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos”».
El rey Josías hizo inmunda a Tofet
Jeremías 19:14 Volvió Jeremías de Tofet, adonde Jehová le envió a profetizar, se paró en el atrio de la casa de Jehová y dijo a todo el pueblo:
Jeremías 19:15 «Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus aldeas todo el mal que hablé contra ella, porque han endurecido su corazón para no oír mis palabras».