Job 5:1 »Ahora, pues, da voces, a ver quién te responde. ¿A cuál de los santos te volverás?[a]
Job 5:2 Es cierto que al necio lo mata la ira y al codicioso lo consume la envidia.
Job 5:3 Yo he visto que el necio echaba raíces, y en la misma hora maldije su morada.
Job 5:4 Sus hijos carecerán de socorro: en la puerta serán quebrantados y no habrá quien los libre.
Job 5:5 Su cosecha se la comerán los hambrientos, sacándola de entre los espinos; y los sedientos se beberán su hacienda.
Job 5:6 Porque la aflicción no sale del polvo ni la fatiga brota de la tierra.
Job 5:7 Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la desdicha.[b]
aflicción, amal: Pena, labor, dolor, problema, miseria, fatiga. Este sustantivo es usado 56 veces en el Antiguo Testamento. Su raíz es el verbo amal «laborar o afanarse hasta quedar exhausto». El verbo se usa en el Salmo 127:1, el cual alude al agotamiento de los obreros que están tratando de construir la casa de Dios sin su cooperación. Cuando José finalmente obtuvo la felicidad, luego de sufrir la traición familiar, una infeliz esclavitud y un injusto aprisionamiento, dijo: «Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre».
Job 5:8 Ciertamente yo buscaría a Dios y le encomendaría mi causa.
Los tres amigos de Job cometieron el error de suponer que Job había cometido un gran pecado y que esa era la causa de su sufrimiento. Ni ellos ni Job sabían acerca de la conversación de Satanás con Dios. Es inherente a la naturaleza humana el culpar a la gente por sus propios problemas, pero la historia de Job deja muy claro que no siempre la culpa está asociada con quienes son atribulados por problemas.
Job 5:9 Él hace cosas grandes e inescrutables, y maravillas sin número.[c]
Job 5:10 Derrama la lluvia sobre la faz de la tierra y envía las aguas sobre los campos.
Job 5:11 Pone en alto a los humildes y a los enlutados da seguridad.
Job 5:12 Frustra los pensamientos de los astutos, para hacer vana la obra de sus manos.
Job 5:13 Atrapa a los sabios en su propia astucia[d] y frustra los planes de los perversos.
Pablo citaría más adelante parte de este versículo y es la única vez en la que se menciona concretamente a Job en el Nuevo Testamento. Aun cuando Dios reprendió a Elifaz por haberle dado un mal consejo a Job, no todo lo que él dijo era incorrecto. La parte que citó Pablo fue correcta: los hombres a menudo caen en sus propias trampas («en la astucia de ellos»). Esto ilustra cómo deben usarse las Escrituras para explicar y hacer comentarios de sí mismas. Debemos familiarizarnos con la intención completa de la Palabra de Dios para poder comprender adecuadamente las porciones difíciles que hay en ella.
Pablo cita este versículo en 1 de Corintios 3:19 para mostrar que la sabiduría de Dios es superior a la humana.
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