3Jn 1:9 La oposición de Diótrefes
Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe.
La carta a la que se refiere Juan no fue ni 1 Juan ni 2 Juan sino otra que no se ha conservado.
Sin duda Diótrefes era un hombre que gozaba de autoridad, y aparentemente tenía ambición de más, aunque no se aclara cual era su posición. Hizo lo contrario de lo que hacía Gayo, y obstaculizó la obra tanto del Anciano como de los predicadores. Juan había escrito a la iglesia, pero aparentemente Diótrefes impidió que la iglesia recibiera la carta. Lamentablemente no conocemos el contenido de la misma. Además, es evidente que él tenía enemistad hacia el Anciano (no nos admite). Diótrefes había calumniado al anciano, nos denigra con palabras maliciosas. Y no se limitó a palabra sino que recurrió a la vía de los hechos: no admite (el tiempo de verbo denota una práctica continuada) a los hermanos. Pero fue más lejos aun: A los que los quieren recibir … los expulsa de la iglesia. Para poder hacer esto ocupaba, sin duda, una posición respetable, y además, en su oposición a los predicadores era implacable. Es posible que, como un líder local de la iglesia, él resistía a los predicadores itinerantes que no debían lealtad a la iglesia local en la cual oficiaba Diótrefes.
3Jn 1:10 Por esta causa, si yo voy, recordaré las obras que hace profiriendo palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe y los expulsa de la iglesia.
Lo único que sabemos de Diótrefes es que quiso controlar la iglesia. Juan denuncia
- su renuencia a prestar atención a otros líderes espirituales,
- la calumnia que hace de los líderes,
- su mal ejemplo al negarse a dar acogida a cualquier predicador del evangelio, y
- su intento de excomulgar a quienes se oponían a su liderazgo.
Pecados tales como el orgullo, el celo y la calumnia todavía están presentes en la iglesia, y cuando un líder tiene la costumbre de estimular el pecado y desalentar la conducta espiritual, se le debe detener. Si alguien no deja oír su voz, un daño irreparable puede causarse a la iglesia. Debemos hacerle frente al pecado en la iglesia. Si tratamos de pasarlo por alto, puede seguir creciendo. Un verdadero líder cristiano es un siervo, ¡no un autócrata!
3Jn 1:11 Buen testimonio acerca de Demetrio
Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios, pero el que hace lo malo no ha visto a Dios.
Juan utiliza este mal ejemplo para impresionar a Gayo, a quien llama amado por cuarta vez en esta breve carta. Exhorta a Gayo a no imitar lo que es ma lo, sino lo que es bueno. La imitación es una parte natural de la vida y todos lo hacemos, pero es imposible elegir bien los modelos. Juan insiste en que su amigo debe imitar lo que es bueno. El hombre que hace lo bueno procede de Dios, del cual todo el bien se origina. Cuando un hombre comete lo malo (¿Diótrefes?), es clara evidencia de que no ha visto a Dios. Demetrio entra en escena sin prolegómenos, como uno que es bien conocido. Se ha conjeturado que era uno de los misioneros itinerantes y que era el portador de esta carta. Ambas son posibilidades, pero por supuesto no lo sabemos con certeza. Se habla bien de él en la iglesia. Ade más cuenta con el testimonio de la misma verdad. Esta expresión complicada tal vez signifique que la conducta de Demetrio se adecua con el evangelio, de modo que en su vida se declara la verdad del evangelio. El plural de nosotros damos testimonio puede ser un estilo epistolar y se refiere solamente a Juan. Pero también es posible que incluya a otros con él. Sea como fuere no deja lugar a dudas de que Demetrio cuenta con su más cálido apoyo.
3Jn 1:12 Todos dan buen testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero.
La fe de Gayo era viva, operosa, acompañada de la práctica de la virtud de la caridad. Su generosidad había sido proclamada ante el apóstol por los misioneros itinerantes, que habían pasado predicando por la comunidad a la que pertenecía Gayo. Habían narrado al apóstol que Gayo andaba en la verdad. Expresión que significa que Gayo posee la verdadera doctrina y la realiza en su vida. El cristiano camina en la verdad cuando profesa la doctrina ortodoxa y practica la caridad. El apóstol ha experimentado una gran alegría al oír tales noticias, pues no hay para un padre mayor alegría que oír de sus hijos que caminan en la verdad. San Juan emplea la expresión hijos para designar a todos los cristianos de las iglesias a las cuales se dirige. También San Pablo llamaba a Onésimo su hijo, porque lo había engendrado en la fe y tal vez lo había bautizado.
San Juan elogia la conducta de Gayo para con los hermanos itinerantes y forasteros. Porque, a pesar de ser desconocidos para él y de no pertenecer a su iglesia, sin embargo, los ha tratado con suma caridad y generosidad. Su proceder contrasta con el egoísmo y la poca generosidad de Diotrefes. Su comportamiento es un bello testimonio de la hospitalidad cristiana primitiva 4b.
Los misioneros han dado públicamente testimonio de la caridad de Gayo en presencia de la iglesia, o sea, durante una reunión de la comunidad, en la cual habían dado cuenta de su peregrinación apostólica, como hacían Bernabé y Pablo. Los misioneros itinerantes han visto que la generosidad de Gayo para con ellos procedía del amor divino que ardía en su alma. Gayo caminaba por la vía de la verdad porque su conducta manifestaba una verdadera caridad6. El amor se manifiesta con las obras. Y Gayo había atendido con premura y desvelo a los misioneros, dándoles alimentos, albergue y todo lo necesario para el viaje.
Después de elogiarlo, San Juan pide a Gayo que continúe ejerciendo su generosa caridad. De nuevo los hermanos van a pasar por el lugar donde habita Gayo, y el apóstol le pide que atienda a las necesidades de los viajeros y les provea de víveres para el viaje. Los obreros evangélicos tienen derecho a su salario, como lo proclama el mismo Cristo, lo recuerda San Pablo y la Iglesia primitiva lo exigía de sus fieles.