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Isaías 36: La invasión de Senaquerib

Isaías 36:1  La invasión de Senaquerib[a] (2 R 18.13-37; 2 Cr 32.1-19) Aconteció en el año catorce[b] del rey Ezequías, que Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó.[c]

Un pasaje que casi duplica 2 de Reyes 18.17-20.19. Esta sección sirve de puente entre las profecías de Isaías y sus mensajes de consolación. También señala la transición en la historia de Judá entre la dominación de Asiria y el ascenso de Babilonia. El escenario histórico está dado por la invasión de Senaquerib a Jerusalén en el 701 a.C. Los capítulos están escritos en prosa, salvo una exclamación profética de Isaías y un poema de alabanza del rey Ezequías. Dios interviene con poder.

La oración

Que Ezequías fuera amenazado por el ejército de Senaquerib nos recuerda que aun los justos sufren problemas. El monarca asirio invadió Judá, tomó 46 ciudades fortificadas, se llevó 200.000 personas y mantuvo a Ezequías en Jerusalén como ave enjaulada. Pero nótese cómo Isaías y Ezequías oraron. Su angustia por la blasfemia de Senaquerib tuvo más peso que su preocupación por la suerte de Jerusalén.

Consideremos la magnitud de la crisis. Si Senaquerib hubiera tomado Jerusalén, la existencia de los judíos como nación hubiera concluido. La promesa mesiánica sobre el triunfo final del reino divino estaba en juego. Pero cuando Isaías y Ezequías oraron, Dios intervino con una demostración de poder sobrenatural que le demostró a los asirios quién era verdaderamente Dios. Desde ese momento, comenzó la decadencia en Asiria, la cual había disfrutado de un período de dos siglos de conquista. Esta es una lección sobre al poder de la oración para 1) enfrentarse a los momentos difíciles, y 2) destruir los poderes del mal.

Isaías 36:2  El rey de Asiria envió al copero mayor con un gran ejército desde Laquis[d] a Jerusalén contra el rey Ezequías, y acampó junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador.[e]

Rabsaces : Esta palabra aramea no es un nombre sino un título, y significa «copero», «mariscal de campo» o «jefe militar». Laquis fue una ciudad fortificada de Judá, situada a 45 km al sudoeste de Jerusalén.

Isaías 36:3  Y salió a él Eliaquim hijo de Hilcías, el mayordomo; Sebna,[f] el escriba, y Joa hijo de Asaf, el canciller,

Isaías 36:4  a los cuales dijo el copero mayor: –Decid ahora a Ezequías: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: “¿Qué confianza es esta en que te apoyas?

El capítulo 19 describe la profecía de juicio de Isaías sobre Egipto, mientras que los capítulos 30 y 31 pronuncian las aflicciones de los que de Judá se aliaron con Egipto ante el inminente ataque de Asiria. Senaquerib de Asiria se burló de Judá por confiar en Egipto. Incluso los asirios sabían que Egipto no podría ayudar a Judá.

Isaías 36:5  Yo digo que la táctica y el poderío para la guerra, de los que tú hablas, no son más que palabras vacías. Ahora bien, ¿en quién confías para que te rebeles contra mí?

Ezequías depositó gran confianza en la promesa del Faraón de ayudar a Israel en contra de los asirios, pero las promesas son solo tan buenas como la credibilidad de la persona que las hace. Era la palabra de Faraón contra la de Dios. Cuán pronto organizamos la vida alrededor de los consejos humanos mientras que rechazamos las promesas eternas de Dios. Cuando tenga que decidir entre la Palabra de Dios y la de alguien más, ¿a quién creerá?

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