Malaquías 2:1 Ahora pues, oh sacerdotes, a vosotros es este mandamiento.
Dios le advirtió a los sacerdotes que si ellos no honraban su nombre, los castigaría. Nosotros, al igual que los sacerdotes, estamos llamados a honrar el nombre de Dios y adorarlo. Esto significa reconocerlo por quién es El: El Creador Omnipotente del universo, el único que es perfecto y quién se acerca a la humanidad pecadora con un amor perfecto. De acuerdo con esta definición, ¿honra usted a Dios?
Los sacerdotes no tomaron en serio las cosas más importantes para Dios, aun cuando El se las había recordado por medio de su Palabra en muchas ocasiones. ¿Cómo descubre usted lo que es importante para Dios? Comience amándolo con todo su corazón, su alma y sus fuerzas. Esto significa escuchar lo que El dice en su Palabra y luego poner en su corazón, mente y voluntad el deseo de llevar a cabo lo que El dice. Cuando amamos a Dios, su Palabra es una luz brillante que guía nuestras actividades diarias. Los sacerdotes de los días de Malaquías habían dejado de amar a Dios y por lo tanto no sabían ni les interesaba saber lo que Dios quería.
Malaquías 2:2 Si no oyereis, y si no acordareis dar gloria á mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no lo ponéis en vuestro corazón.
Malaquías 2:3 He aquí, yo os daño la sementera, y esparciré el estiércol sobre vuestros rostros, el estiércol de vuestras solemnidades, y con él seréis removidos.
Malaquías 2:4 Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Leví «anduvo conmigo[…] y a muchos hizo apartar de la iniquidad», dijo Dios. Leví fundó la tribu que lleva su nombre. Los levitas llegaron a ser ministros de Dios, primero en el tabernáculo, luego en el templo. En estos versículos Dios se dirigía a los sacerdotes que descendían de esta tribu, diciéndoles que debían prestar atención a la ley que El dio a sus antepasados. Los levitas fueron una tribu apartada para el servicio a Dios.
Malaquías 2:5 Mi pacto fué con él de vida y de paz, las cuales cosas yo le dí por el temor; porque me temió, y delante de mi nombre estuvo humillado.
Malaquías 2:6 La Ley de verdad estuvo en su boca, é iniquidad no fué hallada en sus labios: en paz y en justicia anduvo conmigo, y á muchos hizo apartar de la iniquidad.
Malaquías 2:7 Porque los labios de los sacerdotes han de guardar la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos.
sabiduría, daat: Conocimiento, saber, entendimiento, inteligencia, discernimiento, habilidad, ingenio. Daat viene del verbo yada, que quiere decir: «conocer». Aparece más de 90 veces y se menciona por vez primera en Genesis. Allí se refiere al árbol del conocimiento de la ciencia del bien y del mal. La falta de conocimiento destruye al pueblo de Dios. En Exodo daat alude a las destrezas artísticas y de artesanía. Dios le dio a Bezaleel sabiduría para diseñar obras de arte. («…por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos…») podría interpretarse en el sentido de que el conocimiento de Dios (es decir, el conocerle) justifica, o que Dios utiliza su conocimiento y habilidad para obtener la justificación; es decir, mediante su intercesión sacerdotal sabe cómo justificar a los creyentes.
Malaquías estaba enojado con los sacerdotes porque a pesar de ser los mensajeros de Dios, no conocían su voluntad. Y su falta de conocimiento ocasionó que el pueblo se descarriara. Su ignorancia era voluntaria e inexcusable. Los pastores y los líderes del pueblo de Dios deben conocer la Palabra de Dios, lo que dice, lo que significa y la forma en que se aplica a la vida diaria. ¿Cuánto tiempo dedica usted a la Palabra de Dios?