Salmo 135:1 ¡Aleluya! Alabad el nombre del SEÑOR; Alabadle, siervos del SEÑOR,
Siervos : Esto es, los sacerdotes levíticos y trabajadores del templo o, como se dice en versículos 19, 20, las casas de Aarón y Leví.
Salmo 135:2 los que estáis en la casa del SEÑOR, en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Salmo 135:3 ¡Aleluya!, porque el SEÑOR es bueno; cantad alabanzas a su nombre, porque es agradable.
Salmo 135:4 Porque el SEÑOR ha escogido a Jacob para sí, a Israel para posesión suya.
El hecho de que los descendientes de Jacob (Israel) eran pueblo escogido, refleja el mandato de Dios a la nación en Deuteronomio 7:6-8 y en el sermón de Pedro a la iglesia en 1 de Pedro 2:9. Dios nos atesora. Da amor y misericordia a todos los que en El creen.
Jacob , el antecesor de las doce tribus, simboliza a todo el pueblo de Israel
Salmo 135:5 Porque yo sé que el SEÑOR es grande, y que nuestro Señor está sobre todos los dioses.
Salmo 135:6 Todo cuanto el SEÑOR quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.
Salmo 135:7 El hace subir las nubes desde los extremos de la tierra, hace los relámpagos para la lluvia y saca el viento de sus depósitos.
Salmo 135:8 Hirió a los primogénitos de Egipto, tanto de hombre como de animal.
Salmo 135:9 Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto, sobre Faraón y todos sus siervos.
Salmo 135:10 Hirió a muchas naciones y mató a reyes poderosos;
Salmo 135:11 a Sehón, rey de los amorreos, a Og, rey de Basán, y a todos los reinos de Canaán;
Salmo 135:12 y dio sus tierras en herencia, en herencia a Israel su pueblo.
Salmo 135:13 Tu nombre, SEÑOR, es eterno; tu memoria, SEÑOR, por todas las generaciones.
Salmo 135:14 Porque el SEÑOR juzgará a su pueblo, y tendrá compasión de sus siervos.
Juzgará : Dios los defenderá contra sus perseguidores y acusadores.
Salmo 135:15 Los ídolos de las naciones son plata y oro, obra de manos de hombre.
Idolos : Esta sección está tomada de 115.4-13.
Salmo 135:16 Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven;
Salmo 135:17 tienen oídos, y no oyen; tampoco hay aliento en su boca.