Salmo 14:1 Necedad y corrupción del hombre[a] (Salmo 53.1-6) Al músico principal. Salmo de David Dice el necio en su corazón: «No hay Dios». Se han corrompido, hacen obras despreciables, no hay quien haga lo bueno.[b]
Este salmo es, en esencia, el mismo que aparece con el número 53, excepto que aquí Jehovã (El Señor) se usa para designar a Dios, junto con Elohim (Dios). Este paralelismo entre ambos salmos demuestra que los judíos tenían varias colecciones de estos poemas y cánticos, lo mismo que nosotros tenemos diferentes himnarios en nuestras iglesias, los cuales contienen a veces cánticos iguales.
El verdadero ateo es o necio o malvado. Necio porque cierra los ojos a la evidencia de que Dios existe, o malvado porque no quiere someterse a las verdades de Dios. Nos volvemos ateos en la práctica cuando nos apoyamos en nosotros mismos más que en Dios. El necio mencionado aquí es alguien agresivamente perverso en lo que hace. Según la Biblia, se necesita ser muy necio para desafiar directamente a Dios.
Salmo 14:2 Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios.
Salmo 14:3 Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.[c]
El necio no es alguien de capacidad intelectual disminuida, ni un bufón de la corte, sino alguien que escoge conscientemente la perversión moral como estilo de vida. La palabra hebrea para necio (nabal) es también el nombre de un hombre que se opuso a David y murió de forma absurda. Estos versículos fueron citados por el apóstol Pablo para demostrar que los judíos son pecadores y también necesitan, como los gentiles, de un Salvador.
Nadie es perfecto, excepto Dios. Todos somos culpables ante El y necesitamos su perdón. No importa lo bien que nos desempeñemos ni lo mucho que logremos comparado con otros. Ninguno de nosotros puede jactarse de su bondad cuando se compara con los estándares de Dios. El no sólo espera que obedezcamos sus principios, sino que quiere además que le amemos con todo nuestro corazón. Sólo Jesucristo ha hecho eso de una manera perfecta. Todos somos insuficientes, por lo tanto debemos recurrir a Cristo para salvarnos. ¿Le ha pedido ya que lo salve?
Salmo 14:4 ¿No tienen discernimiento todos los que cometen maldad, que devoran a mi pueblo como si comieran pan y no invocan a Jehová?
Tanto los creyentes como los no creyentes tienen suficiente discernimiento como para saber que existe un ser superior que gobierna el universo.
David aplica estas observaciones a sus enemigos, donde dice de los malvados «devoran a mi pueblo como si comiesen pan». «Todos se desviaron, a una se han corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno». Como contraste, David dijo: «Tú has probado mi corazón[…] y nada inicuo hallaste».
Hay una distinción muy clara entre aquellos que adoran a Dios y los que no quieren adorarlo. David adoraba a Dios y bajo su liderazgo Israel obedeció a Dios y prosperó. Varios cientos de años después, sin embargo, Israel se olvidó de Dios. Era muy difícil distinguir entre los seguidores de Dios y los que adoraban ídolos. Cuando Isaías llamó a Israel al arrepentimiento, él, al igual que David, habló de personas que se habían descarriado. Pero Isaías estaba hablando de los propios israelitas. Pablo citó el Salmo 14 en Romanos 3:10-12. Generalizó aun más la imagen de la oveja descarriada, haciéndola extensiva a toda la gente. Toda la humanidad, judíos y gentiles por igual, se ha apartado de Dios.
Salmo 14:5 Ellos temblarán de espanto, porque Dios está con la generación de los justos.
Si Dios está «con la generación de los justos», entonces los que atacan a los seguidores de Dios pueden estar atacando a Dios. Hacerlo es totalmente fútil. Por lo tanto, si bien podemos sentir que estamos perdiendo la batalla, no puede haber la menor duda de que nuestra victoria principal está en Dios.
Salmo 14:6 De los planes del pobre se han burlado, pero Jehová es su esperanza.
Que devoran a mi pueblo : La gente vil no solamente vaga en las sombras de su perversión moral; ataca también a quienes andan en la luz.
Salmo 14:7 ¡Ah, si de Sión[d] viniera la salvación de Israel! Cuando Jehová haga volver a los cautivos[e] de su pueblo, se gozará Jacob, se alegrará Israel.[f]
Hiciere volver a los cautivos : Significa devolverles la prosperidad. Jacob sirve de símbolo para todo el pueblo de Israel . La liberación definitiva es motivo de alabanza y regocijo.
El Salmo es un poema sapiencial
El Salmo 53 es casi igual excepto que usa elohim, “Dios”, en vez de Jehová. El 14 está en el Libro I de Salmos y el 53 en el Libro II. Es probable que el 14 fuera el primero; algunos sugieren el tiempo de la rebelión de Absalón.
El necio : su pensamiento y sus actos
Necio, nabal, se describe en Isaías 32:6 donde se traduce vil; es uno sin sentido, lo opuesto del sensato. En este caso es el materialista que cree que puede organizar su vida sin la ayuda de Dios. Puede ser uno que niega la existencia de Dios, pero en el tiempo de David era más bien el que vivía como si Dios no existiera. Desde el punto de vista bíblico es necio y sin sentido el que no toma en cuenta a Dios.
Dijo…en su corazón, es decir, piensa así; todo su pensamiento es así. Está en contraste con el sabio cuya vida se basa en el temor de Dios.
Corrompido… cosas abominables indica las consecuencias de no dar a Dios su lugar. Esta descripción es típica de una persona o una sociedad apartada de Dios.
Se han corrompido hace recordar el relato del diluvio, y miró desde los cielos hace recordar el de la torre de Babel. Por supuesto, miró desde los cielos es lenguaje humano, pues Dios sabe todo.
Dios se interesa en cada ser humano. Busca adoradores sinceros. El sensato es masquil (opuesto al necio): es el que busca a Dios.
Todos; cada una de las cuatro líneas de este versículo enfatiza la totalidad de este desvío. Pablo cita los versículos 1-3 en Romanos 3:10-12 y termina diciendo: Todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios. Nótese que la misma enseñanza se encuentra varias veces en el AT: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino. La Biblia es clara, nadie puede alcanzar la salvación en base a sus propios méritos. Más bien absolutamente todos se han corrompido; la palabra alaj se usa para leche que se pudre; aquí las personas están “podridas”.
El versículo 4 muestra que el no invocar a Dios y el oprimir al pueblo van juntos; es decir, indica las raíces de la injusticia.
La negación de la existencia de Dios, tan de moda en nuestro tiempo, lleva al despliegue de innumerables mitomanías, múltiples formas de idolatría, y suscita en nuestra mente las más extrañas sensaciones.
Hemos padecido el desmesurado impacto de la película—por cierto bastante aburrida y mediocre—, de Steven Spielberg, “Parque Jurásico”, esa extraña y alucinante manía antediluviana, además de series de filmes incestuosos, que convierten la mente en una especie de manicomio.
El “Parque Jurásico” de Spielberg nos devuelve a las cavemas, de donde, dicen, procedemos, en un truco que hace verosímil el movimiento de los animales antediluvianos por medio de marionetas electrónicas engrasadas audiovisualmente.
En el fondo descubrimos el deterioro del gusto ambiental, que permite elevar a esta torpona nadería a entretenimiento universal. La deducción de este tipo de fenómenos cinematográficos requiere la introducción de una dosis de refinada estupidez y de infrainteligencia que aglutine y encole a esos dinosaurios de cartón en espantosa ficción.
De nuevo —de triste recuerdo— el don profético del nazi Joseph Goebbels: “Cuanto más grosero, cuanto más elemental sea el mensaje dirigido a las masas, más profundamente entra en ellas y las activa y mueve.” Nada hay que añadir a esta vergonzosa evidencia, absorbente baño de inmovilidad que inmoviliza al planeta.
Sin duda, es un derroche de inteligencia destinado a barrer todo rastro de inteligencia, por un degradante automatismo del signo de los tiempos: la reducción del espectador a dinosaurio, la conversión del cerebro en un estómago con encefalograma plano, hambriento de idiotez clínica, y falto de la más elemental inteligencia.
Esta forma de pensar, nos conduce a las arenas movedizas de la patología colectiva, porque al ser víctimas de una plaga de ficciones enfermizas, lo raro se convierte en norma, lo bestial en caricia, y lo insignificante en signo. La ausencia de Dios y de los principios morales, y el apego a todo aquello que lleva a la dimisión de la fe y el deterioro del buen gusto, impone las aberrantes mitomanías de nuestro tiempo, entre las que destaca por el momento, como una estrella errática, la invasión de los primitivos dinosaurios en múltiples objetos de consumo, y que, para sorpresa, no deja de fascinar a muchos cristianos, víctimas de las modernas mitomanías audiovisuales.
Dios está contra los necios
Allí es un adverbio de lugar, pero aquí más bien es temporal: La idea es “cuando Dios juzgue”. El poder que Dios manifiesta en su pueblo hace temblar y tambalear a los que niegan a Dios. La mejor apologética es predicar el evangelio y ser ejemplo del poder de Dios.
Os habéis mofado ; la palabra significa humillar o hacer pasar vergüenza. Los impíos se burlan de uno si testifica de Cristo o habla contra el pecado. Pero el justo puede confiar en Dios para la fuerza y la protección, en el trabajo, en la escuela, en la vecindad.
Clamor por la victoria
Por la frase restaure de la cautividad algunos creen que el Salmo fue compuesto en el exilio o que el versículo 7 fue agregado durante la cautividad. Es posible, pero también puede hablar de “restaurar la normalidad” de cualquier crisis. Dios promete victoria y restauración. Muchas veces parece que los impíos tienen la ventaja; pero Dios da vindicación a su pueblo, lo hace regocijarse en él y en su justicia.