Salmo 88:1 Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Para el director del coro; sobre Mahalat Leannot. Masquil de Hemán ezraíta. Oh SEÑOR, Dios de mi salvación, de día y de noche he clamado delante de ti.
¿Ha sentido alguna vez que ha tocado el fondo? El salmista está tan abatido que hasta perdió la esperanza en la vida misma. A pesar de que todo iba de mal en peor, fue capaz de contarle todo a Dios. Este es uno de los pocos salmos que no da respuesta ni esperanza. No piense que siempre debe estar alegre y positivo. La angustia y la depresión requieren de tiempo para sanar. No importa cuán deprimidos nos sintamos, siempre podemos llevar nuestros problemas a Dios y expresarle nuestra angustia.
Salmo 88:2 Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor.
Salmo 88:3 Porque saturada está mi alma de males, y mi vida se ha acercado al Seol.
Salmo 88:4 Soy contado entre los que descienden a la fosa; he llegado a ser como hombre sin fuerza,
Sepulcro : Literalmente una cisterna; se utiliza aquí como símbolo de la tumba.
Salmo 88:5 abandonado entre los muertos; como los caídos a espada que yacen en el sepulcro, de quienes ya no te acuerdas, y que han sido arrancados de tu mano.
Salmo 88:6 Me has puesto en la fosa más profunda, en lugares tenebrosos, en las profundidades.
Salmo 88:7 Ha reposado sobre mí tu furor, y me has afligido con todas tus olas. (Selah)
Salmo 88:8 Has alejado de mí mis amistades, me has hecho objeto de repugnancia para ellos; encerrado estoy y no puedo salir.
Salmo 88:9 Han languidecido mis ojos a causa de la aflicción; oh SEÑOR, cada día te he invocado, he extendido mis manos hacia ti.
Salmo 88:10 ¿Harás maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos y te alabarán? (Selah)
Muertos : El alma afligida a veces no tiene la misma perspectiva que el ojo de la fe.
Salmo 88:11 ¿Se hablará de tu misericordia en el sepulcro, y de tu fidelidad en el Abadón?
Salmo 88:12 ¿Se darán a conocer tus maravillas en las tinieblas, y tu justicia en la tierra del olvido?
Salmo 88:13 Mas yo, a ti pido auxilio, SEÑOR, y mi oración llega ante ti por la mañana.
Aunque acongojado, el salmista se mantiene firme en la oración.