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Cansado del camino o cansado en el camino

Hay momentos en la vida donde queremos rendirnos pero al mismo tiempo sabemos y estamos consientes de que esa opción no es la correcta.

Afloran a nuestra mente y llegan a nuestro espíritu versículos como:

  • 29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Isaías 40:29
  • 13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13

Es entonces cuando cogemos un segundo aire y seguimos caminando amparados en el amor y la misericordia del Señor, quien prometió estar con nosotros hasta el fin.

Una cosa es cansarse en el camino y otra muy diferente es cansarse del camino. Cuando nos cansamos en el camino, sabemos que aunque agotados, atribulado, en apuros y angustiados, nuestro llamado es a seguir adelante.  Es lo que le decimos a nuestras ovejas.  Tomar una pausa recuperar fuerzas y continuar el camino.  Pero cuando nos cansamos del camino nos preguntamos, ¿ Valdra la pena el esfuerzo ?  ¿ Sera que este camino no es para mí ?

¿ Me equivoque de ministerio ?.  los que hemos recibido el llamado ministerial sabemos que en este camino nos podemos cansar, pero de el no nos podemos apartar.  Hay una demanda del cielo a continuar con la encomienda que se nos dio.  Miremos en la palabra a los siervos de Dios que entregaron su vida en sacrificio por causa del Señor.

  • Un Esteban apedreado, pero viendo la gloria de Dios.
  • Un Pablo encarcelado y perseguido, encarcelado pero alabando a Dios. Hechos 16:25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.   Dios le cambio el camino y la causa.
  • Un José traicionado por los suyos, acusado, maltratado, llevado como esclavo. Paso el proceso, Dios lo exalto y promovió llagando a palacio. Génesis 41:37 37 El asunto pareció bien a Faraón y a sus siervos,.
  • Tres jovenes hebreos que por querer mantener sus pies en el camino del Señor, tuvieron que soportar el horno de fuego ardiendo, pero alli, el Señor estuvo con ellos.
  • Y que de Jesús, nuestro Señor a quien crucificaron. Que hubiera sido de nosotros si en el último minuto, Jesús hubiera dicho:

Me bajo de la cruz, yo no merezco ni la cruz, ni la corona, ni la lanza, ni los testigos, ni la ofensa, ni el vituperio.

Pero Jesús ofrendo su vida por nuestra causa.  A causa de su muerte tenemos vida y vida eterna.

No importa cuán difícil sea el camino, no te canses del camino.

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