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Deuteronomio 23: Los excluidos de la congregación

Deu 23:12 Tendrás un lugar fuera del campamento adonde salgas;

Deu 23:13 tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento;

Deu 23:14 porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo, para que él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.

Durante la guerra, las reglas de higiene debían ser mantenidas como un símbolo de pureza, un prerrequisito para conservar la presencia de Dios.

Leyes humanitarias

Deu 23:15 No entregarás a su señor el siervo que se huyere a ti de su amo.

En toda la Sagrada Escritura del Antiguo Testamento se inculca la idea de la presencia de Yahvé en medio de su pueblo. Particularmente en el Pentateuco se repite que Yahvé sale en campaña a la cabeza del ejército de Israel. Todo esto exige una limpieza extrema del campamento para que sea digno de él. Por eso se ordena que el que haya sufrido polución nocturna, salga del campamento hasta la tarde, en que reciba un baño ritual de purificación, y se impone la organización déla higiene y decencia del campamento

Deu 23:16 Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde a bien tuviere; no le oprimirás.

Deu 23:17 No haya ramera de entre las hijas de Israel,(D) ni haya sodomita de entre los hijos de Israel.

Los hombres y las mujeres de Israel no podían prostituirse participando en los cultos paganos a la fertilidad.

La ley deuteronómica se muestra extremadamente benévola con el esclavo fugitivo, ya que prohíbe entregarlo a su amo, que lo maltrataría. En el código de Hammurabi, la ley es totalmente contraria: pena de muerte al que acoja y oculte a un esclavo fugitivo. El legislador hebreo en realidad parece que se refiere a esclavos procedentes de otros países extranjeros, pues dice: tenle en medio de tu tierra. Se trata, pues, de negar la extradición del esclavo.

Deu 23:18 No traerás la paga de una ramera ni el precio de un perro a la casa de Jehová tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Jehová tu Dios tanto lo uno como lo otro.

Se identifica a la prostituta como una ramera , y al varón que se prostituye como un perro . La legislación israelita prohibía que el dinero obtenido por medios pecaminosos sirviese para pagar un voto a Dios.

La ley de Dios no toleraba la prostitución. Estaba estrictamente prohibida. La prohibición de esta práctica puede ser obvia para nosotros, pero no lo era tanto para los israelitas. Casi en cualquier otra religión que ellos conocían incluían este acto como parte integral de sus cultos paganos. La prostitución se burla de la idea original de Dios para el sexo. Trata el sexo como un acto físico aislado en lugar de ser un acto de compromiso hacia otra persona. Fuera del matrimonio, el sexo destruye la relación. Dentro del matrimonio, si se encara con una actitud correcta, puede ayudar a cimentar la relación. Frecuentemente, Dios tuvo que prevenir a su pueblo acerca de las relaciones sexuales extramaritales. Actualmente todavía necesitamos escuchar sus advertencias: es necesario que se les advierta a los jóvenes acerca de las relaciones premaritales y a los adultos se les recuerde acerca de la fidelidad sexual.

Deu 23:19 No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés.

Era frecuente en Canaán la prostitución sagrada, es decir, en honor de determinadas divinidades, como Astarté, la Istar o Venus de Babilonia. Era el grado más bajo a que podía llegar el sentido religioso de un pueblo. Parece que en Israel no faltaron infiltraciones de tales prácticas licenciosas en los santuarios locales. Los profetas claman contra esta abominación. El salario de este comercio sexual debía ir íntegro a los santuarios, y aquí el deuteronomista prohibe estrictamente que nada que proceda de eso sirva para cumplir un voto en el santuario de Yahvé. El salario de un perro alude a los ingresos del prostituto (scortator), o persona del sexo masculino que se entregaba en los santuarios cananeos y fenicios a la llamada prostitución sagrada

Deu 23:20 Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo exigirás,(E) para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas para tomar posesión de ella.

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