Esta «semejanza que parecía de hombre» revelaba la santidad de Dios y preparaba a Ezequiel para lo que El estaba a punto de decirle. Esta figura representaba al mismo Dios en el trono. De manera similar, Cristo revela a Dios en forma humana y nos prepara para su mensaje de salvación. Cristo llegó a la historia en un cuerpo humano, real.
Eze 1:27 Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor.(K)
Ezequiel percibió la gloria de Dios como una luz brillante y fuego. Cayó de cara al suelo, abrumado por la santidad de Dios y por su propia insignificancia y maldad. A la larga toda persona caerá ante Dios, ya sea por reverencia y gratitud por su misericordia o por temor de su castigo. Sobre la base de la forma en la que usted vive hoy, ¿cómo reaccionará a la santidad de Dios?
Eze 1:28 Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor.
Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.
La gloria de Jehová : Se refiere a Dios en toda su plenitud, especialmente cuando se comunica con los seres humanos. Este es un tema favorito de Ezequiel, que se usa 16 veces en el libro. Ezequiel ve como si esta gloria abandonara el templo y retornara más tarde a otro templo. Me postré sobre mi rostro : Algo que Ezequiel normalmente hacía cuando estaba en la presencia del Señor.
Los cuatro seres vivientes y las cuatro ruedas son poderosas imágenes de castigo, pero el arco iris sobre el trono simboliza la fidelidad infinita de Dios hacia su pueblo. Dios envió un arco iris a Noé como señal de su promesa de no volver a destruir la tierra con un diluvio, y de la misma forma este arco iris era señal de su promesa de preservar a los que permanecen fieles a El. El propósito del castigo de Dios es corregirnos y, finalmente, permitir que reine paz perfecta y justicia en la tierra para siempre..
Cautiverio en Babilonia
Ezequiel trabajó para Dios exactamente en el lugar en que se encontraba, entre los cautivos en diversas colonias cerca del río Quebar en Babilonia. Jerusalén y su templo quedaban aproximadamente a 800 km, pero Ezequiel ayudó al pueblo a comprender que a pesar de que se encontraban lejos de la patria, no tenían que estar lejos de Dios.