Gén 49:1 Profecía de Jacob acerca de sus hijos Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.
Gén 49:2 Juntaos y oíd, hijos de Jacob, Y escuchad a vuestro padre Israel.
Gén 49:3 Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en dignidad, principal en poder.
Gén 49:4 Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.
Rubén debía haber recibido la bendición preeminente porque era el primogénito. Pero se envileció al subir al lecho de su padre, esto es, cuando «durmió con Bilha», la concubina de Jacob. De ahí que perdiera la posición principal y sus descendientes se convirtieron en un pueblo de pastores al este del Jordán.
El hijo mayor debía haber recibido dos porciones de la herencia. Pero Rubén perdió este honor especial. Impetuoso e incontrolable, especialmente en los días de su juventud, llegó muy lejos al dormir con una de las concubinas de su padre. Jacob no podía dar una bendición tan honorable a un hijo tan indigno.
Gén 49:5 Simeón y Leví son hermanos; Armas de iniquidad sus armas.
Gén 49:6 En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su furor mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros.
Gén 49:7 Maldito su furor, que fue fiero; Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré en Israel. Gén 49:8 Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.
Jacob temía a sus dos hijos siguientes, los hermanos Simeón y Leví, «¡tal para cual!» Un ejemplo de su iniquidad (o violencia) fue la matanza de Siquem. Simeón fue pasado por alto en la futura bendición de Moisés; aparentemente fueron absorbidos por Judá. Como los levitas fueron los primeros en retornar a Dios después del incidente del becerro de oro, se alzaron como la tribu encargada de ofrecer servicios sacerdotales especiales. Su historia en el AT fue de devoción vacilante.
Gén 49:9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará?(A)
Gén 49:10 No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.
Siloh era una de las ciudades donde se colocó el tabernáculo. Aquí, en el libro del Génesis, parece ser un nombre propio o título, el cual los creyentes generalmente aceptan como una designación mesiánica de Jesús. Su etimología es incierta. Para algunos shiloh significa «el pacífico». Según otro punto de vista, shiloh es un sustantivo con un sufijo pronominal que debe entenderse como «su hijo»; por lo tanto, los príncipes y los legisladores no se apartarían de Judá hasta que viniera su hijo. Otra posibilidad sería dividir shiloh en dos palabras shay y loh lo cual indicaría «aquél a quien se le brinda tributo». El significado más probable de shiloh es el aceptado por la mayoría de las autoridades judías antiguas, para las cuales se trataba de una palabra compuesta de shel y loh, que significaba «al que pertenece». En español Shelloh podría entenderse como: «a quien pertenece el dominio», «de quien es el reino», «aquel que tiene el derecho a reinar».
«Hasta que venga Siloh» puede ser traducido «Hasta que venga aquel a quien corresponde». Este es un pasaje difícil de comprender y todavía se discute su significado. Siloh puede ser otro nombre del Mesías, ya que literalmente significa «enviado». Puede también referirse al tabernáculo que se levantó en la ciudad de Siloh
Gén 49:11 Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas su manto.