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Introducción a Isaías

Cronología

  1. Amós comienza a profetizar 760 a.C.
  2. Oseas comienza a profetizar 753 a.C.
  3. Miqueas comienza a profetizar 742 a.C.
  4. Isaías comienza a profetizar 740 a.C.
  5. Acaz sube al trono de Judá 735 a.C.
  6. Oseas sube al trono de Israel 732 a.C.
  7. Israel cae ante los asirios 722 a.C.
  8. Ezequías sube al trono de Judá 715 a.C.
  9. Senaquerib sitia a Jerusalén 701 a.C.
  10. Manasés sube al trono de Judá 697 a.C.
  11. Fin del ministerio de Isaías 681 a.C.
  12. Josías sube al trono de Judá 640 a.C.

El propósito  del libro de Isaías es hacer un llamado para que Judá regrese a Dios y hablar de la salvación a través del Mesías . Fue escrito por el profeta Isaías, hijo de Amoz  Los sucesos narrados en los capítulos 1–39 ocurrieron durante el ministerio de Isaías, así que tal vez se escribieron aproximadamente en 700 a.C. Los capítulos 40–66, sin embargo, quizás se escribieron cerca del final de su vida, alrededor del 681 a.C.  En su mayor parte, Isaías habla y escribe desde Jerusalén. El versículo clave del libro es: «Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados» (53.5). Las personas clave son:  Isaías, sus dos hijos Sear-jasub y Maher-salal-hasbaz. El libro de Isaías contiene tanto prosa como poesía y utiliza personificaciones (atribución de cualidades personales a seres divinos o a objetos inanimados). Además, muchas de las profecías que aparecen en Isaías contienen predicciones que hablan al mismo tiempo de un acontecimiento que pronto sucedería y otro que sucedería en un futuro lejano.

Poco a poco se levantó y la multitud guardó silencio. Los que estaban en la parte de atrás se inclinaron hacia adelante, tratando de escuchar. La atmósfera era electrizante. Habló, y sus palabras cuidadosamente escogidas fueron como veloces flechas que dieron en el blanco. El gran hombre, vocero de Dios, estaba advirtiendo… y condenando. La multitud comenzaba a inquietarse. Cambiaban de posiciones, apretaban los puños y murmuraban. Algunos estuvieron de acuerdo con su mensaje, asintiendo con la cabeza y llorando en silencio. Pero la mayoría estaba enojada y comenzó a gritarle insultos y amenazas. Así era la vida de un profeta.

El «oficio» de profeta se instituyó durante los días de Samuel, el último de los jueces. Los profetas, al igual que los sacerdotes, eran representantes de Dios. Su tarea era hablar de parte de Dios, confrontando al pueblo y a sus líderes con los mandatos y las promesas de Dios. Debido a esta posición de confrontación y a la tendencia continua del pueblo a desobedecer a Dios, los verdaderos profetas por lo general no eran muy populares. A pesar de que no escuchaban sus mensajes, proclamaban la verdad con fidelidad y energía.El libro de Isaías es el primero de los libros de los profetas en la Biblia. A Isaías, el autor, se le considera generalmente como el más grande de los profetas. Creció en un hogar aristocrático y se casó con una profetisa. Al inicio de su ministerio era bien apreciado. Pero, al igual que la mayoría de los profetas, pronto perdió su popularidad debido a que sus mensajes eran muy difíciles de escuchar. Hacía llamados a que la gente se apartara de sus pecados y les advertía del juicio y del castigo de Dios. Isaías tuvo un ministerio activo durante sesenta años antes de que lo mataran durante el reinado de Manasés (según la tradición). Como mensajero especial de Dios para Judá, Isaías profetizó durante el período de varios reyes y muchos de esos mensajes aparecen en su libro: Uzías y Jotam, capítulos 1–6; Acaz, capítulos 7–14; y Ezequías, capítulos 15–39.

La primera parte del libro de Isaías (capítulos 1–39) contiene denuncias y pronunciamientos severos al hacer un llamado para que Judá, Israel y las naciones vecinas se arrepintieran de sus pecados. Sin embargo, los últimos veintisiete capítulos (40–66) están llenos de mensajes de consolación y esperanza en los que Isaías revela la promesa de Dios de bendecirlos un día a través del Mesías.

A medida que lea Isaías, imagine a este hombre de Dios fuerte y valiente que proclama sin temor la Palabra de Dios, y escuche su mensaje en relación a su propia vida: regrese, arrepiéntase y sea renovado. Luego confíe en la redención de Dios mediante Cristo y regocíjese. ¡Su Salvador ya vino y volverá otra vez!

Por lo general, los treinta y nueve capítulos de la primera parte de Isaías expresan un mensaje de juicio por el pecado. Isaías lleva este mensaje de juicio a Judá, Israel y a las naciones paganas vecinas. Judá tenía apariencia de piedad, pero su corazón era corrupto. Las advertencias de Isaías intentaban purificar a la gente al ayudarla a comprender la verdadera naturaleza de Dios y su mensaje. Sin embargo, cerraban sus oídos a las continuas advertencias que Isaías les hacía. No cometamos el mismo error, sino escuchemos la voz profética.

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