Jonás profetizó a Israel y Asiria en 793-753 a.C.
Ambiente de la época: Nínive era la ciudad más importante de Asiria y pronto sería la capital del inmenso imperio asirio. Pero Nínive era también una ciudad perversa.
Jonás, que aborrecía a los poderosos y malvados asirios, recibió un llamado de Dios a advertir a los asirios que les llegaría castigo si no se arrepentían.
Jonás no quería ir a Nínive, y trató de huir de Dios. Pero Dios tiene formas de enseñarnos a obedecerlo y seguirlo. Cuando Jonás predicó, la ciudad se arrepintió y Dios retuvo el castigo. Aun los más perversos pueden salvarse si de veras se arrepienten y se vuelven a Dios.
Contemporáneo de Joel (853-796?) Amós (760-750)
Jonás 1:1 Vino palabra de Jehová a Jonás(A) hijo de Amitai, diciendo:
Jonás 1:2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.
Maldad : La palabra hebrea también se traduce como «problema», «miseria», «dificultad» y «daño». Dios está preocupado por las miserias de Nínive y sus caminos de maldad. Su situación es lo suficientemente grave como para llamar la atención de Dios.
Jonás profetizó en tiempos de Jeroboam II, rey de Israel de 793-753 a.C. Quizás era miembro de «los hijos de los profetas» que se mencionan en relación con el ministerio de Eliseo.
Dios le dijo a Jonás que predicara en Nínive, la ciudad más importante de Asiria, un incipiente poder mundial en los días de Jonás. En menos de cincuenta años, Nínive sería ya la capital del vasto imperio asirio. Jonás no habla mucho de la maldad de Nínive, pero el profeta Nahum nos ofrece mayor información. Dice Nahum que Nínive había caído en pecados como
(1) pensar cosas malas contra Dios,
(2) explotar al desvalido,
(3) ser cruel en la guerra,
(4) adorar ídolos, prostitución y brujería. Dios le dijo a Jonás que fuera a Nínive, como ochocientos kilómetros al nordeste de Israel, a advertirles del inminente castigo y a declarar que podían alcanzar misericordia y perdón si se arrepentían.
Jonás 1:3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Tarsis : Muchos consideran que se trataba de la ciudad de Tartessos, en la costa sudoccidental de España. Como tal, representaba un lugar distante a donde no había llegado aún el conocimiento de Dios. Jonás estaba tratando de escapar de la presencia de Jehová . Esto indica que tenía una visión muy estrecha respecto a la localización de la presencia de Dios, o que quizás pensaba que el Espíritu de profecía no lo seguiría hasta allí. Comenzó su viaje en la ciudad portuaria de Jope , alrededor de 60 km al noroeste de Jerusalén, puerto marítimo de Israel.
Nínive era una ciudad poderosa y perversa. Desde niño Jonás había aprendido a odiar a los asirios y temer sus atrocidades. Los aborrecía tanto que no quería que recibieran misericordia de Dios. Jonás temía que se arrepintieran. Su actitud era representativa de la renuencia de Israel a hablar a los demás del amor y la misericordia de Dios, aunque esa era la misión que Dios les había dado. Ellos, como Jonás, no querían que los que no fueran judíos (gentiles) obtuvieran el favor de Dios.
Jonás sabía que Dios tenía una tarea para él, pero no quería cumplirla. Tarsis puede haber sido uno de los tantos puertos occidentales de Fenicia. Nínive estaba al este. Jonás trató de irse lo más al oeste posible. Cuando Dios nos ordena algo en su Palabra, a veces huimos por temor o terquedad, con la excusa de que Dios nos está pidiendo demasiado. Quizás fue temor, o enojo por la amplitud de la misericordia de Dios, lo que hizo que Jonás huyera. Pero la huida lo metió en problemas peores. Al final, Jonás entendió que es mejor hacer lo que Dios manda. Pero ya había tenido que pagar un alto precio por huir. Es mejor obedecer desde un principio.