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Josué 1: Preparativos para la conquista

Jos 1:1 Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo:

Al comenzar el libro de Josué, los israelitas se encuentran acampados a la orilla oriental del Jordán, a la misma entrada de la tierra prometida y ya habían completado el período de duelo por Moisés, que acababa de morir. Treinta y nueve años antes (después de pasar un año en el monte Sinaí recibiendo la ley de Dios), los israelitas tuvieron una oportunidad de entrar a la tierra prometida, pero no confiaron en que Dios les daría la victoria. Por lo tanto, Dios no les permitió entrar a la tierra, sino que los hizo vagar por el desierto hasta que muriera aquella generación desobediente.

Durante su peregrinación en el desierto, los israelitas obedecieron las leyes de Dios. Además enseñaron a la nueva generación a obedecer las leyes de Dios, a fin de que pudieran entrar en la tierra prometida (Canaán). A medida que los hijos crecían, con frecuencia les recordaban que la fe y la obediencia a Dios traían victoria, mientras que la incredulidad y la desobediencia producían tragedia. Cuando el último de la generación mayor y los de la nueva generación fueron adultos, los israelitas se prepararon para pasar el río y poseer la tierra prometida, anhelada por tanto tiempo.

Jos 1:2 Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.

Este Jordán : La mayor parte del año, este río tenía alrededor de 30 m de ancho, y sus aguas tranquilas permitían se le cruzara con facilidad. En la primavera, alcanzaba kilómetro y medio de anchura y se transformaba en un torrente intransitable.

Como Josué había ayudado a Moisés muchos años, estaba bien preparado para ser líder de la nación. Los cambios de líderes son comunes en muchas organizaciones. En esos casos, es esencial una transición fluida para establecer una nueva administración. Esto no sucede a menos que los nuevos líderes sean bien entrenados. Si usted ocupa actualmente una posición de líder, comience a preparar a otra persona para tomar su lugar. Así, cuando usted se vaya o reciba una promoción, las operaciones podrán seguir normalmente. Si usted desea ser líder, aprenda de otros líderes para estar preparado para dirigir cuando llegue la oportunidad.

Jos 1:3 Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie.

Jos 1:4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio.

El territorio dado a Abraham se extendía desde el arroyo de Egipto (Wadi el-Arish) hasta el río éufrates. El gran mar es el Mediterráneo. La tierra prometida se extendía mucho más allá de las fronteras que Israel haya poseído jamás.

Jos 1:5 Nadie te podrá hacer frente(A) en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.(B)

No te dejaré , ni te desampararé : Esta es la garantía que Dios ofrece para alcanzar el éxito. El Señor no permitiría que Josué se hundiera o fracasara.

Josué fue el sucesor de Moisés como líder de Israel. ¿Cuáles fueron sus cualidades para convertirse en líder de la nación?

(1) Dios lo nombró

(2) Era uno de los únicos dos testigos oculares de las plagas de Egipto y el éxodo que quedaban con vida.

(3) Había sido ayudante de Moisés por cuarenta años.

(4) De los doce espías, sólo él y Caleb demostraron una confianza plena en que Dios les ayudaría a conquistar la tierra.

El nuevo trabajo de Josué consistió en llevar a más de dos millones de personas a una nueva tierra extraña y conquistarla. ¡Qué gran reto, aun para un hombre del calibre de Josué! Cada trabajo nuevo es un reto. Sin Dios puede causar temor. Con Dios puede ser una gran aventura. Así como Dios estuvo con Josué, El está con nosotros cuando enfrentamos nuevos retos. Quizás no vamos a conquistar naciones, pero todos los días encontramos situaciones complejas, personas difíciles y tentaciones. Sin embargo, Dios promete que nunca nos abandonará ni dejará de ayudarnos, no importa cómo nos sintamos. Si pedimos la dirección de Dios como lo hizo Josué, también podemos ganar muchas de las batallas de la vida.

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