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Oseas 10: A dónde nos llevará la religión falsa

En el versículo 4 tenemos el porqué los reyes son ineficaces: Hablan sólo palabras, es decir que sus juramentos legales son falsos (juran en vano). Entran en alianzas políticas inestables, y su “justicia” envenena toda la tierra porque son en realidad “injusticias legales”. La frase no es una declaración del juicio de Dios; tiene que ser una descripción de la “justicia” que ofrecen los reyes de Israel. Debemos notar que mis tampoco está en TM. La palabra campos (saday) es una palabra poética en singular. Los versículos 3 y 4 muestran que la religión falsa arruina tanto al gobierno político como al culto espiritual de la nación.

Los versículos 5 al 8 presentan estos resultados en conjunto. Describen el día cuando los asirios llevarán en cautividad a los dos, ídolo y rey (si el rey de Samaria no es un título para Baal; ver arriba). En los versículos 5 y 6 se anuncia que los habitantes de Samaria que habitualmente adoraron (“temer”, tener reverencia) al ídolo en Betel ahora se lamentarán porque será llevado a Asiria como tributo. La RVA sigue la LXX y otras versiones antiguas. El TM en vez de “becerro” usa “novillas” de Betavén. Puede interpretarse como un plural de majestad y que la forma femenina indique que Oseas tiene desprecio por el toroBaal. También existe la posibilidad de que las “vacas de Betavén sean las devotas del ídolo, el “Habitante de Samaria” (en heb. es singular). Entonces el versículo 5 se traduciría: “Se conmovían a causa de las vacas de Betavén y el habitante de Samaria”. Sobre todo, hace énfasis en que todo el pueblo, incluso los sacerdotes del ídolo (aquí  usa komer, que en el AT siempre se refiere al sacerdote pagano) que se gozaron en la presencia del oro que adornó al becerro, se entristecerá por la pérdida del ídolo, del rey y de los centros culto.

El fin de la religión falsa es la vergüenza: Israel será avergonzado por su consejo (versículo 6c). En vez de “consejo” probablemente sería mejor traducir “desobediencia, rebelión o conflicto” como en Job 13:2 y 106:43. La desobediencia de Israel ha provocado la pérdida de todo. La muerte parece mejor que la vida y el pueblo clama por un terremoto que termine todo. Sin embargo, no es solo que quiere la paz de la muerte. Israel busca cubrir su vergüenza, quiere todavía esconderse de su Dios y su ira. Clamará el pueblo, pero no responderán ni los montes ni las colinas. No habrá en donde esconderse.

El fin viene

Que los versículos 9 al 15 formen la próxima sección se ve por la repetición de la palabra batalla al principio  y al final de la unidad. También la doble iniquidad del versículo 10b encuentra su equivalencia en el versículo 15, gran maldad (“maldad de maldad”, una duplicación de la palabra heb. raah). Con una variedad de metáforas la sección anuncia el fin de Israel y los motivos para esto.

El primer motivo para el fin es que ellos han permanecido en los pecados de Gabaa. Los inicuos de Gabaa sufrieron guerra en el pasado, y los del presente sufrirán igualmente por motivo de esta “doble iniquidad” en Gabaa. ¿Qué es esta doble iniquidad? Sin duda los eventos de Jueces 19-21 forman una parte del pecado de Gabaa. El crimen sexual y la guerra que resultó se ven como el pecado y su castigo. Sin embargo, se menciona un doble pecado. Por eso, hay algunos que notan que Gabaa es la ciudad de Saúl, el primer rey de Israel. Según ellos, Oseas considera la monarquía como un pecado. Entonces los dos pecados de Gabaa serían ese pecado sexual y la monarquía que comenzó con Saúl. Pero Saúl no fue proclamado rey en Gabaa sino en Gilgal y Milpa. Otros creen que los dos pecados son los pecados sexuales del pasado y del presente, y que el nombre no debe entenderse aquí como el lugar Gabaa, sino un término genérico que se traduciría “los collados”, y que sería un símbolo para todo Israel. Un estudio de Jueces 19-21 sugiere todavía otra interpretación de la frase doble iniquidad. Estos capítulos, juntamente con 17 y 18, forman la última sección del libro de Jueces. Probablemente esta colección circuló oralmente en forma independiente en el territorio de Efraín antes del año 721 a. de J.C. Son estos capítulos los únicos que contienen la frase: “En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos”. Oseas toma esta frase como condenación de los dos eventos preservados en estos capítulos. El primero cuenta la idolatría de Micaías que tuvo su efecto en Israel desde Efraín hasta Dan. El segundo cuenta el pecado sexual de Gabaa que también afectó a todo Israel. Para Oseas estos dos pecados, la idolatría y el pecado sexual, todavía constituyen la doble iniquidad que destruye al Israel actual.

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