Oseas 14:1 Súplica a Israel para que vuelva a Jehová[a] ¡Vuelve, Israel, a Jehová, tu Dios, pues por tu pecado has caído!
Los versículos 1-3 son un llamado de Oseas al arrepentimiento. Los versículos 4-8 son una promesa de Dios de restaurar a su pueblo. Dios debía castigar a Israel por sus graves y repetidas violaciones a su Ley, sin embargo, lo hace con pesar. Hubiera preferido restaurar a la nación y hacerla prosperar.
El pueblo podía regresar a Dios y pedirle que perdonara sus pecados. Usted puede hacer lo mismo y sus pecados serán perdonados, porque para eso murió Cristo en la cruz.
El perdón comienza cuando vemos lo destructivo que puede ser el pecado y la futilidad de vivir sin Dios. Luego tenemos que reconocer que no podemos salvarnos a nosotros mismos, y que nuestra única esperanza es la misericordia de Dios. A pesar de que no podemos demandar el perdón, podemos tener la seguridad de que Dios nos ha perdonado porque El es misericordioso y amoroso y quiere restaurarnos, del mismo modo que quiso restaurar a Israel.
Oseas 14:2 Llevad con vosotros palabras de súplica, volved a Jehová[b] y decidle: «Quita toda iniquidad, acepta lo bueno, te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios.
La ofrenda que Dios desea es palabra de arrepentimiento verdadero
Presenta «ofrenda de nuestros labios» es ofrecer una ofrenda de alabanza a Dios en vez de ir al Templo a ofrecer un sacrificio. Es un sacrificio espiritual en vez de físico. Antes se presentaban sacrificios de animales para expiar el pecado, pero el sacrificio de alabanza es agradecer a Dios el perdón que recibimos gracias al sacrificio de Jesucrissto, el Cordero de Dios. Un creyente puede ofrecer continuamente sacrificios espirituales de alabanza.
Oseas 14:3 No nos librará el asirio;[c] ya no montaremos a caballo,[d] ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: “Dioses nuestros”,[e] porque en ti el huérfano alcanzará misericordia».
Cuando nuestra voluntad es débil, cuando nuestra razón está confundida, cuando nuestra conciencia está cargada de culpabilidad, debemos recordar que la misericordia de Dios nunca falla. Cuando la familia o los amigos nos abandonen, cuando nuestros colaboradores no nos comprendan, cuando nos cansemos de ser buenos, la misericordia de Dios nunca falla. Cuando no podamos ver la salida o no podamos escuchar la voz de Dios, cuando nos falte valor para continuar, la misericordia de Dios nunca falla. Cuando nuestros defectos nos persigan y la conciencia de nuestros pecados nos abrume, la misericordia de Dios nunca falla.
Oseas 14:4 [f]«Yo los sanaré de su rebelión,[g] los amaré de pura gracia, porque mi ira se apartó de ellos.
Oseas 14:5 Yo seré a Israel como rocío:[h] él florecerá como lirio y hundirá sus raíces como el Líbano.
Oseas 14:6 Se extenderán sus ramas, su gloria será como la del olivo y perfumará como el Líbano.
Oseas 14:7 Volverán a sentarse a su sombra;[i] serán vivificados como el trigo y florecerán como la vid; su olor será como de vino del Líbano.
Oseas 14:8 Efraín dirá: “¿Qué tengo que ver con los ídolos?”. Yo lo oiré y velaré por él; yo seré para él como un pino siempre verde; de mí procederá tu fruto».
Oseas usa una serie de ejemplos de diferente naturaleza para mostrar cómo Dios restaurará a su pueblo, haciéndole florecer ( como lirio ) , dándole estabilidad (raíces como los cedros del Líbano), fragancia ( como de vino ) , embelleciéndolo ( su gloria como la del olivo ) . Entonces el mismo Dios promete ser un lugar de refugio eterno ( como la haya verde ).
Oseas 14:9 ¿Quién es sabio para que sepa esto, y prudente para que lo comprenda?[j] Porque los caminos de Jehová son rectos, por ellos andarán los justos, mas los rebeldes caerán en ellos.
Oseas compendia aquí el mensaje de su libro: lo más importante es conocer a Dios y sus caminos, seguirlo y así hallar justicia, para evitar los caminos que conducen a la destrucción.
Oseas cierra con un llamado a escuchar, aprender y beneficiarse con la Palabra de Dios. Para los que recibieron el mensaje del Señor por medio de Oseas, esto significaba la diferencia entre la vida y la muerte. Para usted, el lector del libro de Oseas, la opción es similar: o escucha el mensaje del libro y sigue los caminos de Dios, o rechaza caminar en los caminos del Señor. La persona que insista en seguir su propia dirección sin la guía de Dios «anda a tientas y tropieza en la oscuridad» . Si usted está perdido, puede encontrar el camino al volverse de su pecado y seguir a Dios.
La preocupación de Dios por la justicia que requiere fidelidad y la misericordia que ofrece perdón puede verse en la relación con Oseas. Podemos errar al olvidarnos del amor de Dios y sentir que nuestros pecados no tienen remedio; pero también podemos errar al olvidarnos de su ira contra nuestros pecados y pensar que seguirá aceptándonos sin importar la forma en que actuemos. Perdón es una palabra clave: cuando Dios nos perdona, castiga el pecado pero muestra misericordia para con el pecador. Nunca debemos temer ir a Dios para que borre nuestra deuda y renueve nuestra vida.
La confesión verdadera y la respuesta de Dios
Este cap. 14 concluye la tercera sección del libro con una palabra de esperanza para el pueblo de Dios. La primera parte de esta unidad es una confesión que Oseas ofrece al pueblo. La segunda parte es la respuesta que Dios daría si su pueblo hiciera suya esta confesión. Estas palabras de salvación no prometen a Israel algo que sucederá automáticamente, sino que ofrecen una posibilidad de salvación que es condicional. Israel tendrá que arrepentirse en verdad para que se cumpla esta palabra del profeta Oseas.
De nuevo Oseas insiste en que Israel tiene que arrepentirse: ¡Vuelve, oh Israel…! (versículo 1a). Esta necesidad de volver es aún más urgente porque Israel ha caído, o ha tropezado como advirtió el profeta en 5:5. Esta palabra de Oseas procede de los mismos días de la destrucción de Samaria en el año 722; son las últimas palabras del profeta. La nación ha caído, pero el pueblo de Dios todavía puede acercarse al Señor si toma esta confesión en un acto auténtico de arrepentimiento. Ha de confesar su pecado: Quita toda la iniquidad…. El hombre tiene que reconocer que es pecador.
La próxima frase lit. se traduce, y se puede interpretar siempre como una rendición sin condiciones.
Tal como explica en su nota, la RVA sigue la LXX y la Peshita con su traducción fruto en la cuarta frase del versículo 2. La frase el fruto de nuestros labios suena correcta; pero el TM tiene parim (becerros) en vez de peri (fruto). ¿Es un error textual como las versiones la trataron? Puede ser; pero también puede ser que el TM preserva un juego de palabras de Oseas que es imposible traducir. En el lugar de fruto, Oseas una vez más hace polémica contra los becerros físicos del baalismo mostrando que el “becerro” legítimo es la confesión.
La confesión modelo concluye en el versículo 3 con un voto que rechaza toda infidelidad a Dios tanto en la política como en la religión. Israel debe declarar que no pondrá su confianza en una alianza política con Asiria. Tampoco lo hará con Egipto, si podemos entender no montaremos sobre caballos (versículo 3b) como una referencia a los famosos caballos de Egipto que eran usados para carros de guerra. (Ningún ejército del antiguo Cercano Oriente utilizó caballería como la conceptuamos hoy.) Esta confesión también debe incluir la declaración que Israel no confiará otra vez en ningún culto extranjero con sus ídolos y ritos de fecundidad, y reconocer que el Señor encontró a Israel en la historia y que lo adoptó llegando a ser “hijo” como un padre adopta a un huérfano en expresión de misericordia (versículo 3e; mejor trad. sería “amor paternal”; rajam).