Aunque los detalles del sueño de Daniel a veces son difíciles de interpretar, el énfasis principal está claro: La historia seguirá estando llena de turbulencias. Dios, Señor de la historia, formará parte de ella hasta que lleve a cabo su intervención final en los asuntos humanos. Aún más, sus fieles seguirán sobreviviendo a las pruebas.
Daniel 7:1 Visión de las cuatro bestias[a] En el primer año de Belsasar,[b] rey de Babilonia, tuvo Daniel un sueño y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño y relató lo principal del asunto.
El sueño de Daniel debe haber tenido lugar alrededor del 550 a.C., unos 10 años antes de los acontecimientos narrados en el capítulo 5.
Cronológicamente, este capitulo se desarrolla antes del capitulo 5. Belsasar acababa de ocupar un cargo de autoridad (553 a.C.) y Daniel probablemente estaba cerca de los setenta años. El capitulo 7 comienza la segunda división del libro de Daniel. Los primeros seis capítulos presentan la historia; los siguientes seis son visiones principalmente acerca del futuro.
Daniel tuvo una visión de cuatro animales, y cada uno representaba un imperio mundial. Fue similar al sueño que Nabucodonosor tuvo en el capitulo 2. El sueño de Nabucodonosor cubrió los aspectos políticos de los imperios; el sueño de Daniel representaba sus aspectos morales. Estas naciones, que tendrían sometida a Israel, eran malvadas y crueles; sin embargo, Daniel también vio llegar el futuro reino de Dios y conquistarlas a todas.
Daniel 7:2 Daniel dijo: «Miraba yo en mi visión de noche, y vi que los cuatro vientos del cielo combatían en el gran mar.[c]
Daniel 7:3 Y cuatro bestias grandes,[d] diferentes la una de la otra, subían del mar.[e]
Daniel 7:4 La primera era como un león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas le fueron arrancadas; fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies, a manera de hombre, y se le dio corazón de hombre.[f]
Daniel 7:5 »Vi luego una segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que del otro. En su boca, entre los dientes, tenía tres costillas; y se le dijo: “Levántate y devora mucha carne”.
Daniel 7:6 »Después de esto miré, y vi otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas. Esta bestia tenía cuatro cabezas; y le fue dado dominio.[g]
Al igual que los reinos representados por la gran imagen del cap. 2, es difícil determinar la identidad de los reinos simbolizados por las diferentes bestias. En general se cree que representan tres reinos sucesivos. La principal interpretación considera que el león representa a Babilonia, el oso a Media, o al Imperio Medo-Persa, y el leopardo a Persia o Grecia.
Daniel 7:7 »Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y vi la cuarta bestia, espantosa, terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos grandes dientes de hierro; devoraba y desmenuzaba, pisoteaba las sobras con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que había visto antes de ella; y tenía diez cuernos.[h]
La identificación de la cuarta bestia depende de cómo hayamos interpretado la simbología de las tres anteriores. Si la tercera bestia representa a Persia, se trata de Grecia; si a Grecia, entonces se trata de Roma. Los diez cuernos simbolizan un número no especificado de reyes, aunque completo, pertenecientes a los cuatro reinos.