Jeremías 22:1 Profecías contra los reyes de Judá: Así dijo Jehová: «Desciende[a] a la casa del rey de Judá y habla allí esta palabra.
Los capítulos 22-25 tal vez no estén en orden cronológico. En 21.8-10 Dios dice que es demasiado tarde para el arrepentimiento. En 22.4 Dios dice que aún hay tiempo para cambiar. Los sucesos de este capítulo ocurrieron antes de los que narra el capítulo 21
Jeremías 22:2 Dile: “Oíd palabra de Jehová, rey de Judá que estás sentado sobre el trono de David,[b] tú, tus siervos y tu pueblo que entra por estas puertas.
Oh rey de Judá : Probablemente Sedequías
Jeremías 22:3 Así ha dicho Jehová: Actuad conforme al derecho y la justicia,[c] librad al oprimido de mano del opresor y no robéis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.[d]
Dios ofreció al rey las bases para reconstruir la nación: volverse del mal y hacer el bien. Hacer el bien es algo más que la simple creencia en toda la sana doctrina acerca de Dios. Es vivir en obediencia a El. Las buenas obras no nos salvan, pero muestran nuestra fe
Jeremías 22:4 Porque si efectivamente obedecéis esta palabra, los reyes que en lugar de David se sientan sobre su trono entrarán montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa, ellos, sus criados y su pueblo.
Jeremías 22:5 Pero si no escucháis estas palabras, por mí mismo he jurado,[e] dice Jehová, que esta casa quedará desierta”».[f]
Jeremías 22:6 Así ha dicho Jehová acerca de la casa del rey de Judá: «Como Galaad eres tú para mí, y como la cima del Líbano;[g] sin embargo, te convertiré en soledad, y quedarás como las ciudades deshabitadas.
Galaad y Líbano : Famosos por sus bosques.
Jeremías 22:7 Prepararé contra ti destructores, cada uno con sus armas; cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el fuego.
Jeremías 22:8 »Muchas gentes pasarán junto a esta ciudad, y dirá cada uno a su compañero: “¿Por qué hizo esto Jehová con esta gran ciudad?”.
Jeremías 22:9 Y se les responderá: “Porque dejaron el pacto de Jehová, su Dios, adoraron a dioses extraños y los sirvieron”».[h]
Jeremías 22:10 No lloréis al muerto[i] ni por él os condoláis; llorad amargamente por el que se va, porque no volverá jamás ni verá la tierra donde nació.
El muerto es Josías; por el que se va es Joacaz, un hijo de Josías a quien el faraón Necao se llevó a Egipto en el 609 a.C. Aquel nunca regresó