Jue 12:8 Después de él juzgó a Israel Ibzán de Belén,
Ibzán de Belén : Procedía de Belén de Judá o de Belén de Zabulón. Su extensa familia implica que era un hombre rico y de elevada condición social en el clan. Que buscara esposas para sus hijos fuera del clan indica que era un hombre de influencia y estimado en las regiones circundantes.
Jue 12:9 el cual tuvo treinta hijos y treinta hijas, las cuales casó fuera, y tomó de fuera treinta hijas para sus hijos; y juzgó a Israel siete años.
Jue 12:10 Y murió Ibzán, y fue sepultado en Belén.
Jue 12:11 Después de él juzgó a Israel Elón zabulonita, el cual juzgó a Israel diez años.
Jue 12:12 Y murió Elón zabulonita, y fue sepultado en Ajalón en la tierra de Zabulón.
Jue 12:13 Después de él juzgó a Israel Abdón hijo de Hilel, piratonita.
Tres jueces menores siguieron a Jefté.
Abdón : Nativo de Piratón en Efraín (situado a 11 km al sudoeste de Siquem). Su numerosa familia y los 70 asnos sugieren que se trataba de un hombre prominente.
Jue 12:14 Este tuvo cuarenta hijos y treinta nietos, que cabalgaban sobre setenta asnos; y juzgó a Israel ocho años.
Jue 12:15 Y murió Abdón hijo de Hilel piratonita, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en el monte de Amalec.
Poco más o menos es lo que se sabe de estos tres jueces o de su importancia. El gran número de hijos y ganado indican la riqueza de estos hombres.
Guerra civil
Después de la victoria sobre los amonitas, los efrateos repiten su petulancia celosa, pero ahora en grado mayor. Contra Gedeón presentaron una queja. Contra Jefté se alzan en armas. Irónicamente, lo amenazan con lo mismo que él hizo a su hija.
La amenaza es otro fruto de la contaminación pagana. Como los amonitas, los efrateos fueron convocados e invadieron Galaad sin justificación. Zafón significa “norte”, pero era el nombre de una ciudad en el lado oriental del Jordán.
Jefté no da a los efrateos una respuesta pacificadora como la de Gedeón. Más bien, sigue el mismo proceder que usó con los amonitas: refuta su acusación, y luego los derrota.
Tacha a los efrateos de no haber respondido a su llamado, y trae a colación el peligro que él corrió. Como hizo con los amonitas, aduce que Jehová entregó al enemigo en su mano y utiliza una pregunta retórica para señalar que la invasión es injustificada. No sabemos si en realidad Jefté convocó a los efrateos, pero de todas formas deben tenerle amplia gratitud, ya que ha derrotado al opresor de ellos también.