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Miqueas 4: El justo de Israel exaltado

Miqueas 4:1 Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos.

Aunque este es un pasaje conocido del AT, su interpretación varía entre los distintos grupos de cristianos. Obviamente profetiza las realidades de los últimos tiempos, pero hasta qué punto debe ser tomado literalmente no es algo que está completamente claro. Sin embargo, podemos captar su esencia: el surgimiento de un mundo sometido a la autoridad de Dios.

En cuanto al cumplimiento de la esencia de esta profecía, sabemos por el concepto del reino de Dios que nos ofrece el NT, que mucho de este proceso ya está en marcha, gracias a la aproximación del reino a través del ministerio de la Iglesia; el Milenio servirá de escenario para una ulterior realización de la profecía de Miqueas; y el mundo por venir representará su consumación.

El monte de la casa de Jehová : Puede considerarse una referencia al reino espiritual de Dios, que Miqueas dice que vendrá en los postreros tiempos, término que se refiere a la época venidera del Mesías, unos setecientos años después de Miqueas. La ley significa aquí «instrucción» o «enseñanza» y no es un término técnico para referirse al código mosaico.

La frase, «en los últimos días», describe los días cuando Dios reinará sobre su reino perfecto. Será una era de paz y bendición, cuando la guerra terminará para siempre. No podemos fijar con exactitud su fecha, pero Dios ha prometido que llegará.

Los versículos 9-13 hablan del cautiverio de Babilonia en el año 586 a.C., incluso antes de que Babilonia llegara a ser un imperio poderoso. De la misma forma que Dios promete un tiempo de paz y prosperidad, también promete castigo y castigo para todos los que se nieguen a seguirlo. Ambos resultados son seguros.

Miqueas 4:2 Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

Miqueas 4:3 Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra.

Miqueas 4:4 Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.

Miqueas 4:5 Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.

Andar cada uno en el nombre de su dios alude a la identificación que se ha producido con esa deidad. Como los seres humanos dependen de sus dioses, tratan de imitarlos y no se avergüenzan de asociar sus nombres a ellos o confesarse sus seguidores. Los fieles proclaman con todas sus fuerzas que el único Dios verdadero es su Dios, el Señor ( Jehová ) . Este versículo constituye un enérgico recordatorio de que versículos 1-4 es algo futuro, porque la gente todavía adora a otros dioses.

para siempre, ad: Eternidad, perpetuidad, la continuidad del tiempo. Este sustantivo figura cerca de 50 veces en el Antiguo Testamento. La primera vez que aparece es en Exodo 15:18 : «Jehová reinará eternamente y para siempre». Dios habita eternamente en Sion. Dios ocupa la «eternidad», Israel juró que ellos le tendrían como su Dios LeOlam VeAd, lo cual quiere decir: «eternamente y para siempre». En el Salmo 132:11-12 ad describe la extensión de tiempo durante la cual el trono de David será ocupado por su simiente: «para siempre». En Isaías 9:6 se le llama al Mesías «Padre eterno», que en hebreo se lee Abi-Ad Esta locución literalmente significa: «Padre de la eternidad», es decir, el arquitecto, edificador, progenitor y creador de las edades por venir.

Miqueas 4:6 En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí;

Miqueas 4:7 y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre.

Miqueas 4:8 Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén.

La hija de Sion : No se trata de un tercer personaje, como si existiese un Dios, un Sion y una misteriosa hija que descendiese de Sion. La propia Sion se presenta como la hija de Dios. Sion era la colina que en Jerusalén constituía el lugar favorito de David y el lugar de su morada real. Al sustituir el todo por la parte más gloriosa de la ciudad, Sion llegó a representar a toda Jerusalén

Miqueas 4:9 Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto?

Miqueas predijo el final de los reyes, una declaración drástica para Judá que pensaba que su reino duraría para siempre. Y dijo que Babilonia destruiría la tierra de Judá, que se llevaría cautivo al rey, pero que luego Dios ayudaría a que su pueblo regresara a su tierra. Todo esto sucedió tal y como Miqueas lo profetizó. Estos hechos están registrados en 2 de Crónicas 36:9-23 y Esdras 1; 2.

Miqueas 4:10 Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.

Babilonia , que en tiempos de Miqueas se hallaba aún bajo el dominio de Asiria, estaba a 900 km al este de Judá, cruzando el desierto que se extiende por el moderno Irak. La profecía de Miqueas sobre la deportación de Judá a Babilonia se cumplió en el 586 a.C. La profecía sobre su liberación o redención, mencionada aquí, se cumplió en las tres etapas que consumió el retorno del remanente:

1) en el 538 a.C., en tiempos del monarca persa Ciro, bajo la dirección de Sesbasar, Zorobabel y Jesúa

2) en el 485 a.C., bajo Esdras; y

3) en el 444 a.C., bajo Nehemías

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