El proverbio sinónimo en el versículo 17 entrega dos verdades acerca del malo. Primeramente, un hombre con una “nariz corta”, qué significa nariz: la ira o el enojo; y corto: impaciente. Es decir, un hombre con una ira impaciente actúa en una manera insensata. Por otra parte, un hombre “que planifica o dibuja un plan para el mal”, será aborrecido u odiado. Sea un malo impaciente o sea un malo que planifica en una forma paciente, hay que rechazar a ambos, quizá al paciente aun más.
El versículo 18 muestra lo que se recibe o lo que son los valores de los ingenuos y los sagaces. Por un lado, el ingenuo o abierto a todas las influencias, “adquiere” o “toma posesión de” (tiempo perfecto, para mostrar que es ya como un hecho, que así siempre actúa el ingenuo) la insensatez (repetida en el versículo anterior). Por otro lado, el sagaz o astuto “se hace rodear o coronar (el verbo significa “rodear” o “echar la corona” o “mostrar la corona como en un triunfo”) de conocimiento. Así no es que ellos reciben la insensatez o el conocimiento, sino que se esfuerzan para adquirir su valor, o la insensatez o el conocimiento.
El versículo 19 subraya la superioridad del bueno sobre el malo y del justo sobre el impío. Por un lado, el malo se postra o se humilla (el verbo está en perfecto, para mostrar que así es o para mostrar un hecho pasado pero con influencia en el presente; mejor el primer significado) ante el superior, el bueno. Y el impío (está) ante la puertas del justo, o para pedir limosna o para hacer alguna petición (ver que Lázaro estaba echado a la puerta del rico; donde el cojo estaba a la puerta del templo, llamada Hermosa).
La actitud apropiada hacia el pobre
El versículo 20 apunta a la actitud de la gente hacia el pobre y hacia el rico. Por un lado, el pobre se hace odioso. Se pone énfasis en a su prójimo o igual a su prójimo o vecino, para apuntar a alguien conocido y en una relación mutua. Por otro lado, los que aman al rico son abundantes (o muchos). Hablando Don Quijote sobre el tema del pobre y su mujer, dice: “El pobre honrado (si es que puede ser honrado el pobre) tiene prenda en tener mujer hermosa.” Aquí se nota el concepto del pobre. Jesús llamó la atención de sus discípulos al ver a una mujer pobre y su ofrenda en medio de los ricos con sus ofrendas impresionantes. El tema del versículo 20 se repite en 19:4.
Parece ser que el versículo 21 está unido al versículo 20. El que desprecia a su prójimo encuentra una situación concreta en el versículo 20. El texto declara que el hombre que menosprecia al prójimo es pecador, (“pecador” o “el que yerra al blanco”). Por otro lado, el que “siente lástima y muestra generosidad hacia” los pobres o humildes es bienaventurado o dichoso. Las palabras peca y bienaventurado muestran que esta evaluación de las actitudes hacia el pobre viene de Dios y ha de ser escuchada. Jesús afirma a sus discípulos la responsabilidad de apoyar a los necesitados. ¿Quiénes son los pobres? Son las viudas, los huérfanos, las madres solteras, los jóvenes sin trabajo, los refugiados, los ancianos, los niños en la calle sin hogar, los pueblos indígenas, etc.
El versículo 22 hace una pregunta retórica que busca la respuesta implícita: “Por supuesto que sí.” Así los que planean lo malo se desvían del camino recto. Por otro lado, la segunda parte dice: “y misericordia (bondad) y verdad (fidelidad), para los que planean lo bueno”.
En el versículo 23 se afirma el trabajo como el medio legítimo en la vida. La palabra toda muestra una gran promesa para los diversos trabajos y para cada esfuerzo invertido. La palabra labor significa “dolor” o “aflicción” y muestra el compromiso físico que requería la labor. La palabra ganancia viene de la palabra hebrea para “abundancia”. Así, “en toda labor (dolor) hay abundancia (ganancia)”. Por otro lado, el modismo hebreo traducido la palabra sólo de labios puede definirse como “palabralabios” o “palabradiscurso”, y puede subrayar el concepto de “blá blá” o mucha habla inútil o mero hablar. Tal “blá blá” solamente produce miseria.
El texto hebreo para versículo 24 es difícil, porque dice: “La corona de los sabios es su riqueza.” Por eso, se ha adoptado la traducción griega de la Septuaginta, que reemplaza la palabra “riquezas” con la palabra discreción, quizá ofendido por el “materialismo” y la confusión que puede ocurrir con la palabra “riqueza”. Sin embargo, no hay porqué rechazar la palabra “riquezas” porque el versículo 23 hablaba de la abundancia de la labor y los pasajes como 8:18 subrayan el hecho de que las riquezas vienen de la sabiduría divina. Ser corona significa tener honor y ser muy visible en el hecho. Por otro lado, el texto griego hace un paralelismo sinónimo con corona y la palabra diadema. Al contrario, el texto hebreo presenta el refrán redundante: “La insensatez de los necios es la insensatez.” De todos modos, el mensaje es claro: mientras la riqueza (legítima) o la discreción es la honra del sabio, la insensatez es la honra del necio.