Zacarías 11:1 ¡Líbano, abre tus puertas, y que el fuego consuma tus cedros!
Zacarías 11:2 Aúlla, ciprés, porque el cedro cayó, porque los árboles magníficos son derribados. Aullad, encinas de Basán, porque el bosque espeso es derribado.
Zacarías 11:3 Voz de aullido de pastores, porque su magnificencia es asolada; estruendo de rugidos de cachorros de leones, porque la gloria del Jordán es destruida.[a]
La permanente guerra civil en el Líbano a fines del siglo XX puede que constituya el cumplimiento parcial de esta profecía de juicio
Zacarías 11:4 Los pastores inútiles[b] Así ha dicho Jehová, mi Dios: «Apacienta las ovejas destinadas a la matanza,
La lección principal es que si el pueblo no escucha a un buen líder, seguramente tendrá que sufrir a muchos líderes malos (los tres pastores). Las interpretaciones de los detalles de este pasaje varían ampliamente.
En este mensaje, Dios pide a Zacarías que interprete el papel de dos tipos diferentes de pastores. El primero tenía que demostrar cómo Dios rechazaría a su pueblo (las ovejas) debido a que lo rechazaron a El (el pastor). El segundo pastor tenía que demostrar cómo Dios entregaría a su pueblo a pastores malvados.
Dios dijo a Zacarías que realizara el trabajo de pastor de un rebaño engordado para matadero. El rebaño representaba al pueblo alimentado de su propia codicia y deseos malvados hasta que estuvieran listos para el juicio de Dios.
Zacarías 11:5 a las cuales matan sus compradores sin sentirse culpables; y el que las vende dice: “Bendito sea Jehová, porque me he enriquecido”. Ni aún sus pastores tienen piedad de ellas.[c]
Zacarías 11:6 Por tanto, no tendré ya más piedad de los habitantes de la tierra, dice Jehová. Entregaré a los hombres, a cada uno en manos de su compañero y en manos de su rey. Ellos asolarán la tierra y yo no los libraré de sus manos».
Zacarías 11:7 Apacenté, pues, las ovejas destinadas a la matanza, esto es, a los pobres del rebaño.[d] Tomé para mí dos cayados:[e] a uno le puse por nombre Gracia, y al otro, Ataduras. Apacenté las ovejas,
El pastor utiliza dos cayados para realizar su labor (véase Psa_23:4); Gracia representa la bondad con que Dios protege su rebaño, y Ataduras indica su deseo de mantenerlo unido.
Zacarías tomó dos cayados y los llamó Gracia y Ataduras; partió en dos el primero («Gracia») para mostrar que el pacto misericordioso de Dios con su pueblo estaba roto y luego rompió el segundo («Ataduras») para mostrar que «el lazo de unión entre Judá e Israel quedaba roto»
Zacarías 11:8 y en un mes despedí a tres pastores,[f] pues mi alma se impacientó contra ellos, y su alma también se hastió de mí.
La identidad de los tres pastores malvados se desconoce, pero Dios sabía que no eran capaces para pastorear a su pueblo y por lo tanto El los quitó.