Ministerio basado en principios bíblicos para servir con espíritu de excelencia, integridad y compasión en nuestra comunidad, nuestra nación y nuestro mundo.

Logo

1 Corintios 11: Importancia del pudor

El problema era si una mujer sin velo tenía derecho a participar en un culto. La respuesta de Pablo era tajantemente que el velo es siempre una señal de sumisión que llevaba el inferior en presencia del superior; ahora bien: la mujer es inferior al varón en el sentido de que este es el cabeza de familia; por tanto está mal el que un varón aparezca en el culto público velado, e igualmente mal el que aparezca una mujer destocada. Es más que improbable que en el siglo XX estemos dispuestos a aceptar este punto de vista de la inferioridad y subordinación de las mujeres; pero debemos leer este capítulo, no a la luz de nuestro siglo, sino del siglo I, y al leerlo debemos tener presentes tres cosas.

(i) Debemos tener presente el lugar del velo en Oriente. Hasta el día de hoy la mayor parte de las mujeres, sobre todo en los países musulmanes, usan el yashmak, largo velo que no deja descubiertos más que los ojos y la frente y que llega casi hasta los pies. En los tiempos de Pablo, el velo oriental « velaba» todavía más: pasaba por encima de la cabeza sin más abertura que la mínima para los ojos, y llegaba literalmente hasta los pies. Una mujer respetable no habría pensado jamás aparecer en público sin él. T. W. Davies escribe en el Hastings› Dictionary of the Bible: «Ninguna mujer respetable de una ciudad o aldea oriental sale sin él; y si lo hace, se arriesga a que la juzguen mal. Hasta los misioneros ingleses y americanos en Egipto le dijeron al presente autor que sus propias mujeres e hijas lo usaban cuando salían.»

El velo indicaba dos cosas.

(a) Era señal de inferioridad.

(b) Pero también era una gran protección.

El versículo 10 es muy difícil de traducir. Hemos puesto: « Por esto es por lo que la mujer debe conservar en la cabeza la señal de que está bajo la autoridad de otro.» Pero en griego dice literalmente que una mujer debe conservar «su autoridad sobre su cabeza.» William Ramsay lo explica de la siguiente manera: « En los países de Oriente, el velo es el poder y el honor y la dignidad de la mujer. Con el velo en la cabeza puede ir a cualquier parte con seguridad y respeto profundo. No se la ve; es una señal de terriblemente malos modales el quedarse mirando a una mujer velada en la calle. Va sola. El resto de la gente a su alrededor es como si no existieran para ella, y ella para ellos. Es suprema en la multitud… Pero sin el velo, la mujer es una cosa de nada que cualquiera puede insultar… La autoridad y la dignidad de una mujer se desvanecen juntamente con el velo cubrelotodo que descarta.»

En el Este, pues, el velo tiene una importancia suprema. No solamente indica el estado inferior de la mujer, sino que es la inviolable protección de su pudor y castidad.

(ii) Debemos tener presente la condición de la mujer a los ojos de los judíos. Para la ley judía, la mujer es notablemente inferior al hombre. Había sido formada de una costilla de Adán (Génesis 2:22s), y había sido creada para ser la ayuda idónea del varón (Génesis 2:18). Había un ejemplo de exégesis rabínica fantástica que decía: «Dios no formó a la mujer de la cabeza del varón para que no fuera soberbia; ni del ojo, para que no fuera lujuriosa; ni del oído, para que no fuera curiosa; ni de la boca, para que no fuera charlatana; ni del corazón, para que no fuera celosa; ni de la mano, para que no fuera codiciosa; ni del pie, para que no fuera zascandil; sino de una costilla, para que siempre vaya tapadita; por tanto, el pudor debe ser su cualidad superlativa.»

Es una lamentable verdad que, para la ley judía, la mujer era una cosa, y formaba parte de la propiedad de su marido sobre la que él tenía todos los derechos. Era verdad que en la sinagoga, por ejemplo, las mujeres no tomaban parte en el culto y estaban segregadas completamente de los varones en una galería cerrada o en alguna otra parte del edificio. En la ley y en las costumbres judías era inconcebible el que las mujeres pretendieran ningún tipo de igualdad con los varones.

Deja el primer comentario

Otras Publicaciones que te pueden interesar