Abram honró a Agar dándole a Ismael el nombre que reclamaba la mujer y que un ángel había escogido.
Gén 16:16 Era Abram de edad de ochenta y seis años, cuando Agar dio a luz a Ismael.
Después del pacto, Abram toma una determinación que tiene sus consecuencia hasta el día de hoy. Esta acción de Abram indica la lucha humana en la vida de espera en Dios y en sus promesas. La concesión del pacto implica una seguridad inigualable, pero no una garantía de que el hombre de fe no tendrá sus luchas y hasta sus errores en su nueva relación con Dios.
El problema confrontado es la falta de descendencia. Aún después de la promesa de un hijo a Abram, Sarai no le daba hijos. Sintiéndose responsable de la situación, Sarai toma la iniciativa para una solución. El plan de Sarai era que Agar, su sierva adquirida en Egipto, sea la madre biológica del hijo de Abram, y ella la madre legal. Según códigos de leyes encontrados, esta práctica era común en ese tiempo, similar al recurso de los bebéprobeta o de matrizsustituta de nuestros tiempos. No contradecían la moral o la religión y estaban aprobadas por leyes específicas. Las dos esposas de Jacob usan de la misma práctica para aumentar los hijos a Jacob. Tres argumentos permiten la aceptación de este plan: Primero, el reconocimiento de la esterilidad de Sarai que humanamente era irreversible. Segundo, se responsabiliza a Dios por la imposibilidad de concepción en ella. Aquí se implica directamente a Dios lo que da más fuerza al proyecto presentado. Y tercero, ya habían pasado 10 años desde que Abram llegara a Canaán y todo seguía igual. Estos argumentos —biológico, teológico e histórico— debilitan la espera de Abram en Dios. Además, hasta este punto en la promesa de hijo, Sarai no había sido mencionada directamente. El “proyecto Ismael” es la solución con recursos humanos del cumplimiento de la promesa de Dios de dar descendencia. Aparentemente es un proyecto sabio, alcanzable y la sustitución precisa para instrumentar el plan redentor de Dios. Pero este proyecto no podrá sustituir a la promesa de Dios y será rechazado.
Pero surge un conflicto entre Sarai y Agar una vez que ésta queda embarazada de Abram. Además de los celos y menosprecios, el conflicto se agrava por el temor de Sarai de perder ante Agar su lugar de señora de Abram. Sarai consigue primero el apoyo total de su esposo y luego aflige a Agar de tal manera que ésta huye y se dirige a Egipto por el camino del desierto de Shur al sur de Beerseba.
Sin embargo, aquí no termina este proyecto humano. Dios por intermedio del ángel de Jehová aparece y habla a Agar. El ángel de Jehová es otra manifestación del mismo Dios que se hace presente y visible para ayudar al hombre. Su intervención a través de la relación de Dios con su pueblo tiende a ser para salvación y se lo asocia con el propósito redentor de Jesucristo. Literalmente ángel significa mensajero y en esta ocasión Agar recibe de Dios este mensaje: Primero, ella debe volver a Sarai y restablecer la sumisión en la relación amasierva. En este tipo de relación social de entonces, el amo tenía una autoridad total y absoluta sobre los siervos quienes eran considerados como una propiedad más. Esta acción era necesaria y demuestra la voluntad de Dios que cada ser humano tenga protección, el beneficio de una familia establecida y dignidad al nacer. ¡Cuántos niños en América Latina nacen y aun se crían sin el beneficio de un padre, de una familia y de un hogar! Estas condiciones indignas para un ser humano afectan el presente y hacen peligrar el futuro de cualquier nación. Segundo, al ángel le asegura del nacimiento de un hijo y le concede el nombre de Ismael (Dios escucha) que es la respuesta de Dios al clamor de Agar por su aflicción. Tercero, declara la descendencia múltiple de Ismael y el destino histórico de esa descendencia: Sobrevivencia en medio de hostilidades a base de su fortaleza y persistencia.
Una sierva egipcia que se llamaba Agar
Agar frecuentemente se mantiene en las sombras por las dos personas que controlaron su vida: Abraham y Sara. La historia de su vida, sin embargo, está unida a la del padre de la nación hebrea. Dios escogió a esta humilde sierva para ser la madre del hijo que llegó a ser el padre de las naciones árabes.
Cuando Agar se dio cuenta que estaba esperando un hijo de su señor Abraham, sintió el orgullo propio de su maternidad y vio con cierto desprecio a su señora quien era incompetente para tener hijos. Esto trajo muchos problemas a Abraham en su relación con Sara y muchos sufrimientos para Agar. Todas las circunstancias pudieron haber hecho daños emocionales profundos sobre la vida del niño de la sierva a quien se llamó Ismael, sin embargo Agar nunca expresó resentimiento por haber tenido un hijo, al contrario ella lo recibió con gozo, lo amó y lo cuidó en medio de las circunstancias tan complicadas.