Jeremías 6:10 yo respondí: «¿Quién me va a oír, si les hablo y les doy este aviso? Tienen tapados los oídos, Señor, y no pueden escuchar; se burlan de tu palabra, no les agrada.
El profeta habla. Invoca alternativamente la ira de Dios, su misericordia y compasión. Aquí predomina la ira.
El pueblo se enojó y cerró sus oídos. No quiso ningún mandamiento de Dios porque vivir para El no les pareció emocionante. Como en los días de Jeremías, a la gente de hoy no le agrada la demanda de Dios de una vida disciplinada. Aunque sean inquietantes las respuestas de la gente, debemos continuar anunciando la Palabra de Dios. Nuestra responsabilidad es presentar la Palabra de Dios, la de ellos es aceptarla. No debemos permitir que lo que la gente quiera escuchar establezca el parámetro de lo que decimos.
Jeremías 6:11 Estoy lleno de tu ira, Señor; y a no puedo contenerla.» El Señor me dijo: «Derrámala sobre los muchachos en la calle, sobre las pandillas de jóvenes. Se llevarán presos a los maridos con sus esposas y a los ancianos cargados de años.
Ira: Se vierte sobre todos; niños , jóvenes , el marido , la mujer y el muy anciano.
Jeremías 6:12 Sus casas, sus campos y sus esposas pasarán a ser de otros. Porque voy a levantar mi mano para castigar a los que viven en este país. yo, el Señor, lo afirmo.
La imagen de la mano extendida se repite en varias ocasiones; y representa el poder de Dios para salvar, para castigar, y aquí para destruir.
Jeremías 6:13 «Todos, grandes y pequeños, solo piensan en las ganancias mal habidas; profetas y sacerdotes, todos cometen fraudes.
Jeremías 6:14 Tratan por encima las heridas de mi pueblo; dicen que todo está bien, cuando todo está tan mal.
La paz de que hablaban los falsos profetas era la ausencia de guerra y calamidades, un concepto muy alejado del shalom del AT, que hace énfasis en la integridad y la profundidad de la paz. La verdadera paz supone una íntima comunión con Dios y una fraternal relación con las demás personas. Tiene que ver más con las actitudes y el carácter que con las circunstancias externas.
«¡Olvídate de eso y quizás desaparezca!» ¿Le suena familiar? Esta fue la respuesta de Jerusalén a las advertencias de Jeremías. Siguieron escuchando las predicciones de paz, porque no les gustaba cómo Jeremías condenaba su pecado. Pero negar la verdad nunca la cambia, lo que Dios dice siempre sucede. El pecado nunca desaparece al negar su existencia. Debemos confesar a Dios que hemos pecado y pedirle que nos perdone.
Jeremías 6:15 ¡Debería darles vergüenza de hacer esas cosas que no soporto! Pero no, no sienten vergüenza, ¡ya ni saben lo que es avergonzarse! Por eso, cuando yo los castigue, tropezarán y caerán como los otros. yo, el Señor, lo digo.»
Jeremías 6:16 El Señor dice a su pueblo: «Párense en los caminos y miren, pregunten por los senderos antiguos, dónde está el mejor camino; síganlo y encontrarán descanso.»
El Señor habla y amonesta a su pueblo a que camine en las sendas antiguas de la justicia, pero en su empecinamiento éste rehúsa hacerlo.
Pero ellos dicen: «No, no queremos seguirlo.»
El buen camino para vivir es antiguo y Dios lo ha señalado. Pero el pueblo rehusó tomar el sendero de Dios, yendo por su propio camino. Nosotros enfrentamos la misma decisión: andar por el camino de Dios antiguo pero verdadero, o seguir un nuevo sendero a nuestra elección. No se deje engañar. La única manera de hallar paz y «descanso para vuestra alma», es tomar el sendero de Dios.