Núm 20:7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
Núm 20:8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.
Toma la vara: Esto debe ser la vara de Aarón que estaba ahora delante del arca, en el Lugar Santísimo. Hablad a la peña: Muestra una manera distinta de realizar un milagro. La vara no era un instrumento con propiedades mágicas; por el contrario, era un medio que servía para que se manifestara el poder de Dios, aunque aquí la palabra hablada servía de vehículo al milagro.
Núm 20:9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.
Núm 20:10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: !!Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?
Núm 20:11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.
Moisés . . . golpeó la peña : Moisés falló a la hora de abrir las nuevas avenidas por las que Dios quería que transitara su pueblo. Su actuación estuvo constreñida por sus experiencias anteriores. El método funcionó, pero Dios estaba disgustado a causa de la desobediencia de Moisés. La medida del éxito a los ojos del Señor no es el resultado del esfuerzo, sino la obediencia de sus siervos.
Núm 20:12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.
Para santificarme : Significa representar la santidad de Dios a los ojos del pueblo.
Dios había dicho a Moisés que hablara a la roca; sin embargo, Moisés la golpeó, no sólo una vez, sino dos. Dios hizo el milagro; pero Moisés se lo atribuyó cuando dijo: «Os hemos de hacer salir agua de esta peña». Debido a esto se le prohibió entrar en la tierra prometida. ¿Acaso fue demasiado severo el castigo de Dios para Moisés? Después de todo, el pueblo lo había irritado, difamado y se había rebelado contra él y contra Dios. Allí estaban otra vez. Pero Moisés era el líder y el modelo de la nación entera. Como tenía una responsabilidad tan grande ante el pueblo, no podía ser perdonado. Al golpear la roca, Moisés desobedeció el mandamiento directo de Dios y lo deshonró en presencia de su pueblo.
Núm 20:13 Estas son las aguas de la rencilla,[a] por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él se santificó en ellos.(A)
él se santificó : Esto parece contradecir el versículo anterior, donde se juzga a Moisés y a Aarón por no haber santificado a Dios delante del pueblo. El texto nos dice que de hecho el Señor fue santificado entre los israelitas a causa del milagro. Sin embargo, a Moisés y a Aarón no podía acreditárseles que los hijos de Israel santificaran a Jehová.
Edom rehúsa dar paso a Israel
Núm 20:14 Envió Moisés embajadores al rey de Edom desde Cades, diciendo: Así dice Israel tu hermano: Tú has sabido todo el trabajo que nos ha venido;
Israel tu hermano : Los edomitas descendían de Esaú, el hermano de Jacob, por lo que aquí se les habla como a parientes.
Dos hermanos llegaron a ser los antecesores de dos naciones. Los edomitas descendieron de Esaú; los israelitas de Jacob. Así que los edomitas eran «hermanos» de los israelitas. Israel envió un mensaje fraternal a Edom para solicitar el paso a través de su tierra en el camino principal, una ruta comercial muy frecuentada. Israel prometió permanecer en el camino, de esta manera pasaría sin dañar los campos, viñedos y pozos de Edom. Sin embargo, Edom no quiso porque no confiaba en la palabra de Israel. Tenían miedo de que esta gran horda de gente los atacara o devorara sus cosechas. Debido a que los «hermanos» no deben pelear, Dios dijo a los israelitas que regresaran y viajaran por una ruta diferente hacia la tierra prometida.