Otra opción es que el profeta se refiere a la vida eterna: el justo es salvo por su fe. Realmente esta interpretación es importada del NT y de la teología del apóstol Pablo. Pablo cita Habacuc 2:4 en dos ocasiones: en Romanos 1:17 y en Gálatas 3:11, para apoyar bíblicamente la verdad de que el ser humano recibe la vida eterna por medio de su fe en Dios. No obstante, el uso paulino parece ser una extensión o una profundización espiritual del mensaje del profeta; mientras que Habacuc habla desde un contexto en el cual espera un consejo concreto para su situación abrumadora. Es mejor interpretar esta frase con más atención a los detalles textuales de este libro profético. Habacuc ya había mencionado a los justos. Allí, contrasta a los impíos, quienes manipulan la Ley y violan a la población, con los justos. Ahora en 2:4 hay otro contraste, uno entre el justo y el orgulloso. Lo que el texto subraya en estos dos pasajes es una cualidad de vida. Además, la palabra heb. (emunah), que se traduce fe, en el AT connota fidelidad, lealtad, estabilidad y permanencia. Es la creencia en acción. Por lo tanto, Jehová está declarando que, en las circunstancias hasta que se cumpla lo que dirá a su profeta, la vida del justo debe caracterizarse por la fidelidad a su persona. El justo vivirá día tras día consecuentemente con su Ley y su voluntad. No vacilará en el camino recto, sin importar las dificultades; en definitiva vivirá por fe.
La cita en el NT de Habacuc 2:4 que mejor refleja este concepto es Hebreos 10:38. El autor bíblico señala que los creyentes han mantenido su testimonio a pesar del sufrimiento y nos presenta una lista de héroes para estimularnos a la constancia. Al enfocar la fe en Dios y la vida eterna, aun Pablo no deja de lado esta exigencia de una vida marcada continuamente por la fe. En Romanos Pablo cita Habacuc 2:4 para hablar de la vida eterna, pero más adelante en esa misma epístola el Apóstol señala que esta nueva relación con Dios siempre debe encarnar la fidelidad. En otras palabras, la teología de la salvación no puede separarse de la santificación. El que cree en Dios para vida eterna, según el NT, debe manifestar una vida totalmente nueva.
En suma, Jehová inicia su respuesta al segundo lamento de Habacuc. Lo exhorta a que haga que la visión sea accesible a todo el pueblo, aún más importante, anima a los justos a seguir una vida de fe. Tienen que confiar en sus planes soberanos y mantenerse fieles a sus preceptos. Aunque ahora la nación pasa penas y pasará por tiempos peores a causa de la invasión, deben estar seguros de que un día Babilonia será derrotada.
Ayes contra Babilonia
El versículo 6 sirve de transición a esta segunda sección mayor. El versículo 6a del cap. 2 menciona que los conquistados se lanzarán contra él con refranes y sarcasmos (burlas). La siguiente parte viene en forma de cinco “ayes”; de estos el primero empieza en 2:6b. En heb. la palabra traducida como ay es (hoy) no siempre es asociada con lamentos. Más bien es una exclamación, como “¡oh!”. El tono de la exclamación depende del contexto literario en el cual se encuentra. Por ejemplo, se utiliza en lamentos como el de Jeremías. Para llamar la atención: Isaías; Zacarías; o introducir un juicio como en Isaías y Amós. Los términos (refranes, sarcasmos) indican que, aunque los “ayes” anuncian los juicios que vendrán sobre Babilonia, tienen el propósito de poner en ridículo al burlador orgulloso.
Estos cinco “ayes” presentan dos enseñanzas teológicas importantes. Primera, cada una recalca que el juicio divino corresponde al pecado (la ley del talión). En este caso, el imperio de Babilonia pasaría por lo mismo que les había hecho a otros pueblos. Es la misma verdad que fue subrayada en relación al castigo que recibiría Judá.
Esta sección también deja muy claro que Jehová no soporta a ningún rival que aspire a la gloria que solo él merece. Los imperios buscan dominar a las naciones para satisfacer su propio egoísmo; en el futuro será el conocimiento de la gloria de Jehová lo que llenará la tierra. Es necesario señalar que estas descripciones del imperio babilónico son muy generales: no se mencionan nombres, ni fechas, ni lugares geográficos. Este cuadro del imperio opresor es similar a los que aparecen en muchos pasajes relacionados con otras naciones en el AT. Los mismos crímenes y actitudes caracterizan a todo poder y sistema humano que se aparta de Dios; es decir, a pesar de que en el contexto de esta obra profética se refiere a Babilonia en particular, su mensaje de juicio y humillación sigue vigente a través de toda la historia.