El versículo 13 contiene una frase idéntica a una en el versículo 5. Dios es justo y no hará iniquidad, y va a dejar en la tierra un remanente que tampoco hará iniquidad. Sofonías destaca la suma importancia de no decir mentiras ni tener una “lengua engañosa”. Es triste para el creyente tener que trabajar en un ambiente donde el negocio se hace a base de la mentira y el engaño a terceros. Si se eliminan estas dos inmoralidades o pecados, la sociedad mejorará rápidamente. Si se elimina a los criminales de “guante blanco” todos podrán dormir mejor. El versículo concluye con un texto paralelo al Salmo 23.
Entonces daré a los pueblos un lenguaje puro para que todos invoquen el nombre de Jehová y le sirvan de común acuerdo.
La canción de gozo
Como anticipo de la nueva edad el profeta anima a sus compatriotas a cantar alegres al Señor. La ciudad que él ama tanto va a funcionar bajo una nueva administración. Dios mismo, Jehová, va a ser el verdadero Rey de todo Israel. Bajo su administración nadie tendrá que temer que la maldad le quite sus ahorros, lo eche de su empleo, condenarle por crímenes que no ha cometido o envíe a sus hijos como soldados a batallas injustificadas.
No obstante, el versículo 16 les advierte que no deben debilitar sus manos. Hay que trabajar arduamente y constantemente para conservar las libertades y los privilegios que Dios les dará.
La segunda parte del versículo 17 se puede traducir así: “él (Dios) se gozará sobre ti con alegría, te renovará en su amor, se regocijará sobre ti con cánticos”. No solamente la comunidad redimida tendrá motivos para regocijarse, sino que también los redimidos darán mucho gozo a Dios. Lo ideal para los pensadores hebreos era que Dios fuese el verdadero Rey utilizando hombres de carácter impecable para ser sus virreyes para la administración diaria de Israel.
Las últimas palabras del libro tratan de los temas de la restauración de la infraestructura de la nación y del regreso de los últimos refugiados o cautivos a su patria. Como Romanos 12, enseña que la venganza corresponde a Dios y él va a llevarla a cabo. Los que han afligido a los humildes no se escaparán de la pena que merecen. Los que no gozaban ni fortuna ni prestigio tendrán renombre en toda la tierra. Han experimentado la vergüenza de ser esclavos y cautivos; ahora serán puestos “para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra”. Se ve en este versículo el concepto de misiones que tuvieron los judíos. No pensaban que tenían que ir a otros países y predicar las buenas nuevas a los pueblos de la tierra. Pensaban que su éxito económico, su alta moralidad y la pureza de su religión servirán como imán para atraer a la gente de otras naciones a seguir su religión y su conducta. Unos pocos extranjeros lo hicieron pero nunca en gran número. Es importante notar que el profeta no tiene la última palabra del libro. El sello de autoridad de su profecía es sencillamente: “dice Jehová”.