Deu 9:1 Oye, Israel: tú vas hoy a pasar el Jordán, para entrar a desposeer a naciones más numerosas y más poderosas que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo;
Deu 9:2 un pueblo grande y alto, hijos de los anaceos, de los cuales tienes tú conocimiento, y has oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos de Anac?
Deu 9:3 Entiende, pues, hoy, que es Jehová tu Dios el que pasa delante de ti como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti; y tú los echarás, y los destruirás en seguida, como Jehová te ha dicho.
Los anaceos eran enormes. Algunos medían casi tres metros. Goliat, probablemente descendiente de esta raza, rebasaba los 2.70 m de altura. Desafortunadamente, estos hombres empleaban su estatura como un medio de intimidación y no para causas nobles. Su sola apariencia asustó a los espías israelitas y su mala reputación pudo haber sido el factor que impidió a los israelitas entrar a la tierra cuarenta años antes. Moisés utilizó todo su poder de persuasión para convencer a su pueblo de que Dios podía manejar a aquellos mastodontes. Utilizó la ilustración de Dios como un fuego consumidor, ya que ni siquiera un gigante podía hacerle frente a eso.
Deu 9:4 No pienses en tu corazón cuando Jehová tu Dios los haya echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha traído Jehová a poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas naciones Jehová las arroja de delante de ti.
Deu 9:5 No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos, sino por la impiedad de estas naciones Jehová tu Dios las arroja de delante de ti, y para confirmar la palabra que Jehová juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
La rebelión de Israel en Horeb
Deu 9:6 Por tanto, sabe que no es por tu justicia que Jehová tu Dios te da esta buena tierra para tomarla; porque pueblo duro de cerviz eres tú.
Tres veces se le recuerda al pueblo que no recibía la tierra prometida a causa de su rectitud, sino debido a la promesa hecha por Dios a Abraham, Isaac y Jacob.
Deu 9:7 Acuérdate, no olvides que has provocado la ira de Jehová tu Dios en el desierto; desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes a Jehová.
Deu 9:8 En Horeb provocasteis a ira a Jehová, y se enojó Jehová contra vosotros para destruiros.
La ira connota castigo.
Deu 9:9 Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches,(A) sin comer pan ni beber agua;