Éxo 2:1 Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví,
El ascendiente sacerdotal de Moisés se convirtió más tarde en un elemento importante para su papel dirigente.
Éxo 2:2 la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses.(A)
Hermoso quiere decir saludable.
Aunque no se menciona aún ningún nombre, el bebé de esta historia es Moisés. La mamá y el papá de Moisés se llamaban Jocabed y Amram. Su hermano fue Aarón y su hermana María.
Éxo 2:3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río.
De juncos se refiere a una planta herbácea parecida al papiro. Una arquilla alude al arca que salvó a Noé.
Esta arquilla de juncos fue construida por una mujer que sabía lo que estaba haciendo. Los barcos egipcios se hacían con estos mismos juncos y los calafateaban con brea. Estos juncos (también llamados papiros) podían ser recolectados en áreas pantanosas a lo largo del Nilo y crecían unos cinco metros. Así, un pequeño cesto oculto entre los juncos estaría bien aislado del clima y difícil de ver.
Éxo 2:4 Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería.
Éxo 2:5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase.
La hija de Faraón era probablemente la hija de una de sus concubinas. Se desconoce su identidad.
La madre de Moisés sabía cuán errado sería destruir a su hijo. Pero era muy poco lo que podía hacer para cambiar la nueva ley de Faraón. Su única alternativa era ocultar al niño y colocarlo luego en una arquilla de juncos en el río. Dios utilizó su valerosa acción para poner a su hijo, el hebreo elegido, en la casa de Faraón. ¿Se siente a veces rodeado de maldad y frustrado por lo poco que puede hacer? Cuando se enfrente al mal, busque maneras de actuar contra él. Luego confíe en que Dios utilizará su esfuerzo, por muy pequeño que sea, en su lucha contra el mal.
¿Quién era la hija de Faraón? Hay dos explicaciones populares.
(1) Algunos creen que Hatshepsut fue la mujer que sacó a Moisés del río. Su esposo fue el Faraón Tutmosis II. (Esto coincidiría con la fecha del éxodo considerado anterior.) Aparentemente Hatshepsut no podía tener hijos, así que Tutmosis tuvo uno con otra mujer, el que llegó a ser heredero al trono. Hatsepsut habría considerado a Moisés un regalo de los dioses, ya que ahora tenía su propio hijo, que sería el heredero legítimo al trono.
(2) Muchos piensan que la princesa que rescató al bebé Moisés era la hija de Ramesés II, un Faraón especialmente cruel que habría hecho miserable la vida de los esclavos hebreos. (Esto coincidiría con la fecha del éxodo considerado posterior.)
Éxo 2:6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.
Éxo 2:7 Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño?
Una nodriza era una mujer a quien se le pagaba para que amamantara a un bebé, o ayudara a criarlo. Usualmente se convertía en un respetado miembro de la familia a quien servía. Los niños no eran destetados hasta que cumplían tres o cinco años, lo que permitía educarlos en la religión de los hebreos. Ello posiblemente influyó en la posterior decisión de Moisés de buscar a su pueblo
Éxo 2:8 Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño,
María, la hermana del bebé, vio que la hija de Faraón había descubierto a Moisés. Rápidamente tomó la iniciativa de sugerirle a una nodriza (su madre) que pudiera cuidar al bebé. La Biblia no dice si María temía acercarse a la princesa egipcia, o si la princesa sospechaba de la hebrea. Pero María se acercó, y la hija de Faraón contrató los servicios de María y de su madre. Su familia había sido reunida otra vez. Inesperadamente, a menudo salen a nuestro paso oportunidades especiales. No permita que el temor de lo que pueda suceder lo haga perder una oportunidad cuando esta llegue. Esté alerta a las oportunidades que Dios le da y aprovéchese de ellas.