Igualmente, no se especifica cuándo fue asesinado Senaquerib en Nínive. Por la narrativa parecería que ocurrió poco tiempo después de su campaña a Judá en 701; pero en realidad ocurrió 10 años después, en el año 691. Lo que el editor quiere indicarnos es no una fecha sino que su muerte, tal como ocurrió, fue también parte del juicio de Jehová. Y en cuanto al nombre de su Dios, Nisroc, este nombre parece ser una confusión con el nombre Nimrod, pues en hebreo se confunden más fácilmente las consonantes de ambos nombres: Nisroc y Nimrod.
Ahora bien, ¿qué clase de fenómeno fue aquel? Quizá jamás se llegue a saber, aunque en la Introducción y en los comentarios Deuteronomio 10:5-34 hemos anticipado algunas especulaciones. El historiador judío Flavio Josefo cita a Berosus, quien narra que brotó una gran epidemia en el ejército asirio, que obligó a que volviera a Asiria. También Herodoto narra la leyenda egipcia que recogió acerca de este acontecimiento, y menciona específicamente a Senaquerib. En resumen, la leyenda dice así: “Cuando Senaquerib vino al frente de un poderoso ejército para combatir con Egipto, no quisieron prestarle ayuda. Entonces Setos (al parecer, un oficial de Tirhaca o quizás él mismo) oró a sus Dioses. Como resultado, miríadas de ratones irrumpieron en el campamento de los asirios y royeron con sus finos dientecitos las cuerdas de los arcos, las correas de los escudos y las aljabas de las flechas. Cuando al día siguiente se vieron sin armamentos, huyeron de delante de Setos y de sus pocos valientes. En conmemoración de este acontecimiento hay una estatua de Setos en el templo del Dios Hefestos, en Egipto. Setos aparece llevando un ratón en su mano, y al pie hay una inscripción que dice: `Mírame y teme a los Dioses.’”
Lo que Isaías había anunciado insistentemente se cumplió, demostrando la autenticidad de su misión profética.
La adición de 15 años a la vida del rey indica que esta gran señal habría ocurrido en el año 701 y un poco antes de que llegara a Jerusalén la embajada de Senaquerib, pues Ezequías murió en el año 686, 15 años después.
Un líder ejemplar:
1. Confía en Dios en asuntos diarios.
2. Consulta con líderes espirituales.
3. Acude a Dios en momentos de crisis
4. Elogia a Dios cuando él responde a su plegaria.
Ezequías Ezequías gobernó entre los años 726-697 a. de J.C. Algunos fechan su muerte en el 698. Reinó por 29 años. Sus antecedentes históricos los encontramos en 2 Reyes 18-20 y en 2 Crónicas 29-32. Su reinado no fue un dechado de organización, muy por el contrario. Sostuvo una carga dura, ya que tenía que pagar tribuno a Asiria. Es importante el reinado de Ezequías por los grandes esfuerzos que hizo para establecer el culto a Jehová, haciendo desaparecer los «lugares altos» y la destrucción de la «serpiente de bronce». También llaman la atención otros acontecimientos importantes en la vida de este monarca de Judá: su enfermedad y sanidad milagrosa y la promesa de Jehová de prolongarle le vida por quince años más.
Según el Salmo 25:1, se menciona el nombre de Ezequías rey de Judá como uno que estuvo interesado en los Proverbios de Salomón y ordenó que los copiaran. Fue contemporáneo con los profetas Oseas y con Nahúm.
Milagro de sanidad Un matrimonio cristiano pasó por la crisis de enfermedad, pero su fe y dependencia en el Señor les dio a cada uno el triunfo sobre la enfermedad. Los médicos diagnosticaron que la esposa sufría de gangrena en una de sus piernas y tenían que amputársela para poder salvarle la vida. Según el médico no había otra alternativa. Con resignación cristiana este matrimonio recibió tan terrible noticia y empezaron a buscar la voluntad del Señor para esta crisis. Se unieron con otra familia cristiana y acordaron orar y ayunar, buscando la sanidad divina para la hermana enferma. Dios contestó la oración que con tanta intensidad elevaron estos siervos del Señor. Una semana después, con gran sorpresa, la herida gangrenada se había reducido a un círculo muy pequeño e incluso la piel había cambiado de color. Según explicaron los hermanos, la parte afectada presentaba un color negro y cuando Dios respondió a la oración por sanidad, lo que quedaba de esa herida era un círculo pequeño de color rojo intenso. Los elementos que usaron estos hermanos para esta milagrosa curación fueron: oración y ayuno. Posteriormente fueron a ver al médico que había diagnosticado la gangrena, quedando este maravillado. Sólo atinó a decir: «Esto es un milagro». Este matrimonio en la actualidad sigue sirviendo al Señor. El milagro de sanidad se realizó en la ciudad peruana de Chiclayo, al norte de la capital, Lima.