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Jueces 17: Las imágenes y el sacerdote de Micaía

Siendo forastero, el levita no tenía terrenos familiares en Belén. Para sostenerse dependía de la hospitalidad y ofrendas de los israelitas entre quienes trabajaba. De la tribu de Judá ha de significar solamente que él residía en Judá.

Quizás en este tiempo Israel no mantenía las ciudades de los levitas, pero también es posible que el joven, deseando una vida mejor, no quería vivir en una de ellas. Las ciudades asignadas a su clan estaban en Efraín, Dan y Manasés transjordano

Viajando hacia el norte el levita llegó por casualidad a la casa de Micaías. Cuando éste averiguó quién era y cuál era el propósito de su viaje, le ofreció un empleo como sacerdote de su santuario. Según Micaías, el levita le sería como padre, o sea, guía religioso, y como mediador entre él y Jehová, fuente de bendición.

Era responsabilidad de los levitas enseñar la Ley de Moisés. El joven debía rechazar la oferta de Micaías, aprovechando la oportunidad para instruirle acerca del culto correcto a Jehová. No obstante, aceptó la invitación. El verbo traducido convino incluye la idea de hacer con agrado. La invitación le agradaría por la seguridad económica y por el prestigio de ser sacerdote, y no solamente levita. Micaías proveyó para él como si fuera su hijo. Mientras dependía como hijo del sostén de Micaías, el levita no podía llevar a cabo la función paternal de corregir sus errores.

En el heb. convino en habitar hace eco de “(los cananeos) persistieron en habitar” y “(los amorreos) persistieron en habitar”. Convino y “persistieron” representan el mismo verbo heb., el cual no se usa en ninguna otra parte de Jueces. Habitar también aparece en los tres pasajes. La influencia del levita con Micaías no será mejor que la de los cananeos entre los israelitas.

Micaías ha hecho y equipado su santuario por la misma razón por la cual robó a su madre: para enriquecerse. Cree que si cumple en forma correcta con el culto, Jehová tendrá que prosperarlo. Piensa haberse librado de la maldición de su madre. Multiplica su error porque ni siquiera sabe cómo cumplir con el culto exigido por la revelación divina. El santuario y el sacerdote no traerán a Micaías prosperidad, sino despojo.

Una garantía equivocada

A veces pensamos que, puesto que somos fieles en asistir a las reuniones de la iglesia y damos el diezmo, por eso tenemos la garantía de la bendición de Dios en nuestra vida. Por consiguiente, pensamos que vamos a prosperar económicamente, y que nunca pasará nada trágico en nuestra familia. Esto es erróneo, porque no podemos suponer tener esta garantía.

1. Micaías invitó al joven a su casa con un motivo egoísta.

2. Micaías pensó equivocadamente que un levita tenía influencia especial con Jehová.

3. Micaías decidió investir al levita con la función de sacerdote.

4. Micaías consideraba que Jehová iba a prosperarle por su hospitalidad al levita.

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