Palabras clave : «y»:
Pro 1:33 Mas el que me oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.
La personificación de la sabiduría como alguien preocupado por los seres humanos hace más cálido el consejo. Su tono es reprensivo, pero concluye con una promesa alentadora.
¿Por qué un libro de Dichos Sagrados?
El título
El título del libro se encuentra en el primer versículo: Mishley Shelmoh (LXX: paroimi). Mishley viene de mashal, como un dicho común que nació en la experiencia humana y llega a usarse en forma comparativa y normativa. Este dicho o regla de la conducta humana sirve de modelo para el creyente. La frase o regla del libro, Mishley Shelomoh, aparece dos veces más. Estas colecciones, que se componen de verdaderos dichos o mashal en su sentido más estricto de una sentencia breve, forman la parte mayoritaria del libro. Se puede argumentar que las otras colecciones son agregados alrededor de estas dos colecciones, que tienen 500 de los 900 dichos del libro.
El otro uso de mashal. En estos casos, está referido el sentido más estricto de mashal, sentencia breve. Se habla de la comprensión de los proverbios como un bien, mientras nos advierten del abuso del proverbio en los labios de los necios. ¡Ojo con lo dicho por ellos, aunque se utilicen algunos modismos populares! Pablo también advierte sobre este abuso de dichos populares en que el estómago sirve como un eufemismo para «el sexo»: La comida es para el estómago, y el estómago para la comida. Supuestamente, el que pronuncia el dicho espera justificar su inmoralidad, diciendo que el cuerpo humano está hecho para el sexo. Por eso, el elemento religioso llamado el temor de Jehová es fundamental en el análisis de los dichos. Así el dicho está dentro del marco de la fe.
¿Qué es un proverbio?
1. Es un dicho corto que resalta una norma para la vida.
2. Es un dicho corto que ofrece consejos de un sabio en un campo especial a personas que no tienen mucha experiencia en ese campo.
3. Es un dicho que enfatiza consejos prácticos para la salud física, emocional y espiritual.
Shlomó o Salomón se designa por su apellido, hijo de David (Salomón ben David), para que nadie se confunda, y para que se reconozca el pacto entre Dios y David y entre la casa de David y el pueblo. Además de ser el autor de las dos colecciones mencionadas, Salomón es el gran auspiciador de la sabiduría en Israel. Es dudoso que Salomón sea el autor, pero es posible.
Un segundo agregado al nombre Salomón, el rey de Israel, elimina toda duda sobre su identificación. Quizá muestra un pueblo orgulloso de su rey sabio, conocido en el escenario internacional. Es interesante notar que Salomón compuso 3.000 proverbios de los cuales sólo unos 500 figuran en Proverbios. De todas maneras, la totalidad de los proverbios no excede de los 900.
Las metas de los proverbios de Salomón
Las metas del libro, los proverbios de Salomón, son diversas y completas. En primer lugar, se espera justificar la existencia y la divulgación de los proverbios mostrando su aplicación práctica. El concepto de sabiduría se refiere a la sabiduría cotidiana, es decir la prudencia. Suena exageradamente pesimista lo dicho por Serrano: «El libro de Proverbios en general, tanto en su aspecto social, como en el religioso, pertenece a una época que ya pasó. Muchos de sus proverbios no tienen ya aplicación práctica.» Ese comentario está lejos de la realidad. Las situaciones mencionadas en Proverbios son a menudo las mismas realidades en las ciudades de Latinoamérica hoy día. Algunas costumbres han cambiado, pero los valores y los antivalores siguen en una lucha de muerte. En 1524, Martín Lutero escribió sobre los Proverbios que «el rey Salomón emprendió la tarea del maestro, educar y guiar a la juventud, señalando cómo debe actuar ante Dios piadosamente, según el espíritu, ante el mundo sabiamente, con cuerpo y bienes».