2) El conocimiento profético en este caso entremezclaba períodos escatológicos de manera tal que ni los mismos profetas podían distinguir siempre los distintos tiempos del cumplimiento de sus profecías. Ese día llegó a convertirse en un amplio concepto bíblico. Los momentos más cercanos al tiempo de los profetas en que se cumplía la profecía se fundieron con aquellos que se prolongan hasta el final de los tiempos. De ahí que con la primera venida de Cristo y la era eclesiástica comenzara otra fase del Día de Jehová. Como participantes de este nuevo momento profético, los creyentes podemos clamar al Cristo resucitado para que desarme las fuerzas que obstaculizan la obra divina en este mundo y prodigue sus innumerables bendiciones. Esto se ve con claridad. La Segunda Venida de Cristo inaugurará el tercer momento del Día de Jehová, el período durante el cual el justo y universal dominio de Cristo restaurará el orden divino en la tierra. 4) La consumación final del Día de Jehová aguarda el definitivo advenimiento del mundo futuro, con su nuevo cielo y nueva tierra
La palabra día aparece 11 veces en vv. 8-14. Ahora se habla del Día de Jehová , un tiempo de juicio y divina justicia que llegará para todas las naciones vecinas de Israel. El AT lanza así una predicción que alcanza a nuestros días.
Los profetas del AT invocan el «Día de Jehová» para referirse a un momento en la historia de la humanidad cuando Dios intervendrá directamente a fin de traer salvación a su pueblo y castigo a sus enemigos. Así restaura el orden perdido sobre la tierra. Como se ha dicho, los términos «ese día», o simplemente «el día», se usan a veces como sinónimos de la expresión completa: El «Día de Jehová».
El cumplimiento de esta profecía debe verse, sin embargo, como un proceso en cuatro etapas: En tiempo de los profetas se puso de manifiesto en acontecimientos como la invasión de Israel por potencias vecinas (Amós), las temibles plagas de langostas (Joel), y el retorno de los israelitas de la cautividad (Esdras-Nehemías); Esa visión profética tenía la virtud de fundirse con períodos escatológicos, de manera que ni aun los propios profetas eran capaces de distinguir siempre las varias ocasiones en que se cumplían sus profecías; de ahí que «ese día» se convirtiera en un concepto bíblico muy amplio. Los acontecimientos proféticos más cercanos a la época del profeta, se mezclaban con aquellos cuya consumación tendría lugar al final de los tiempos. La primera venida de Cristo y los inicios de la era de la Iglesia inauguraron una nueva fase del Día del Señor. Como protagonista de estos sucesos, la Iglesia puede pedir al Cristo resucitado que aparte de su camino las fuerzas espirituales que obstaculizan la obra de Dios en el mundo actual y que la haga objeto de sus innumerables bendiciones La Segunda Venida de Cristo inaugurará la tercera fase del Día del Señor, cuando su señorío universal de justicia restaurará el orden de Dios sobre la tierra; Por último, el Día del Señor anuncia el arribo del mundo venidero, con su nuevo cielo y su nueva tierra.
¿Por qué la venganza de Dios caería sobre las naciones gentiles? Edom no era la única nación que se alegró con la caída de Judá. Todas las naciones y los individuos serán juzgados por la forma en la que tratan al pueblo de Dios. Algunas naciones de la actualidad tratan al pueblo de Dios en forma favorable, mientras que otras son hostiles hacia ellos. Dios juzgará a todas las personas de acuerdo con la forma en la que traten a los demás, especialmente a los creyentes.
Abd 1:16 De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones; beberán, y engullirán, y serán como si no hubieran sido.
Los edomitas que invadieron Jerusalén bebieron y festejaron en el santo monte tras el saqueo de la ciudad, profanando la Tierra Santa. Ahora todas las naciones serán obligadas a beber de la amarga copa del juicio divino. La autoridad del Señor no puede ser burlada sin pagar las consecuencias. Beberán hasta desaparecer, hasta llegar a ser como si no hubieran sido .
Abd 1:17 Mas en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones.
Abd 1:18 La casa de Jacob será fuego, y la casa de José será llama, y la casa de Esaú estopa, y los quemarán y los consumirán; ni aun resto quedará de la casa de Esaú, porque Jehová lo ha dicho.
La contrapartida del juicio de Dios sobre sus enemigos es la bendición de sus elegidos. El lugar de la profanación, el monte Sion , será de nuevo santificado. Todos los que escaparon a la destrucción inicial, el remanente, se reunirán otra vez en la sagrada ciudad a fin de recuperar sus posesiones , de reclamar lo que legalmente les pertenece por decreto de Dios. La santidad es una cualidad esencial para que este remanente sea considerado como pueblo de Dios y se cumplan las promesas del pacto. Su santidad los califica como instrumentos de Dios para castigar a Edom. Fuego , llama y estopa aluden al juicio divino sobre los impíos. La casa de Jacob constituye una referencia al reino del sur, y la casa de José al reino del norte. Se contempla la restauración de ambos reinos. Abdías predice la constitución de una confederación de naciones que se levanta para destruir a Edom. Aquí el profeta atribuye su destrucción al pueblo de Dios. Sin duda, el golpe final será propinado por Israel a un Edom ya quebrantado por otras fuerzas externas.